Víctor Fernández, vicesecretario del comité nacional de Icomos, la entidad que asesora en asuntos de cultura al Comité del Patrimonio Mundial, asegura que este último órgano internacional ha sido «benevolente» con el proyecto de ampliación del puerto de Vila en es Botafoc. Este profesor de Geografía de la Universidad de Sevilla ofreció ayer su visión de los problemas del patrimonio de España, con especial atención al de Ibiza y a las posibles consecuencias de las obras de ampliación del puerto de Vila, en una conferencia del Curs Eivissenc de Cultura que organiza el Institut d´Estudis Eivissencs.

Fernández fue el autor del informe emitido por Icomos el año pasado en el que se recomendaba «desistir de la ampliación del puerto de Ibiza, calibrar en su justa medida y con parámetros sostenibles las verdaderas necesidades expansivas del puerto, redimensionar la propuesta y, en todo caso, establecer alternativas». La Unesco hizo caso omiso a estas recomendaciones, así como a otras que efectuó también sobre Ibiza a través de Icomos.

El directivo de Icomos mantiene la misma posición y asegura que el asunto «no está cerrado», y recordó que en febrero de 2011 el Estado español debe emitir un informe sobre el impacto de las obras que se tratará en la próxima reunión del Comité del Patrimonio Mundial, que quizá «no sea tan benevolente». En todo caso, Fernández no cree que pueda haber algún sobresalto para los intereses de la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Ibiza. «Sería raro que el comité dijera algo como que en su anterior reunión fueron unos insensatos», dice, al tiempo que apunta que en la reunión del pasado julio en Brasilia se hizo especial hincapié en la cuestión natural de los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad (que se tuviera cuidado con los áridos, por ejemplo), pero permitió que «las obras siguieran adelante».

Este geógrafo insiste en que es Botafoc no es el lugar idóneo para ubicar un puerto. Considera que este paraje debería haberse protegido, ya que es «uno de los espacios en el que mejor se aprecia el centro histórico de Ibiza», lo cual se verá «mermado» con las nuevas instalaciones portuarias. También discrepa del argumento que utilizan la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento sobre la conveniencia para el casco histórico de alejar la actividad portuaria de la Marina. En este sentido, el experto apunta que la carga que soporta la estación marítima actual no supone «un impacto tan grande» como «el volumen de barcos que podrán entrar en el nuevo puerto». Va más allá y señala que, previamente, debería haberse estudiado «el umbral» de turismo que la isla puede soportar, algo a lo que «no se atreve ningún político». «Lo único que se persigue es atornillar más la explotación del turismo con la llegada de trasatlánticos, que no dejan tanto dinero, aunque los comerciantes lo puedan notar un poco más, pero que sobre todo tendrá una incidencia potente en Ibiza. No hace falta ser muy avispado para preverlo», explica.

El directivo de Icomos mantiene que no está en contra de los puertos, sino de la ampliación del de Vila en es Botafoc, lo cual «va a acrecentar el estrés visual de la zona» y «el estrés real sobre el centro histórico». Fernández asegura que «afortunadamente» Ibiza no se ha convertido en Marbella o Torremolinos, pero está «muy tocada».

Por ello lamenta que se contemplen «acciones de este tipo» cuando se podrían barajar «otras alternativas». Considera que las obras del puerto pueden provocar «una pérdida de la autenticidad» de los bienes patrimoniales y advierte de que el turismo, al ser un sector económico, podría provocar que «Ibiza muera de éxito».

Fernández también cree que, por «el elevado coste de la obra» de es Botafoc y la crisis económica, no es el mejor momento para ejecutarla: «Se reduce el sueldo de los funcionarios, se habla de reformar las pensiones y a su vez nos permitimos el lujo de este tipo de obras faraónicas. Es la paradoja de nuestro sistema económico que, precisamente, se alimenta de ello».