La Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears critica que la nueva versión del Plan Territorial de Eivissa (PTE) apueste por mantener «el modelo actual obsoleto de colonización del suelo rústico», con un sistema de urbanización difusa de parcelas de 15.000 metros cuadrados de superficie mínima. Este colectivo asegura «no compartir» este criterio, ya que está «perjudicando de forma irreversible al paisaje de la isla y, por tanto, la economía y la calidad de vida».

Los arquitectos reconocen en su escrito de alegaciones al PTE, que presentaron ayer en el Consell, que la revisión de esta norma supone «un avance» en la «espinosa» tarea de tratar de «compatibilizar el uso de la vivienda unifamiliar con lo que debe ser el suelo rústico», dada la estructura de la propiedad en la isla, el modelo de asentamiento disperso y el relevante factor sociológico que supone que «una importante masa de la población crea inalienable el supuesto derecho de edificar en esta clase de suelo». Sin embargo, consideran que los cambios introducidos en el documento resultan «poco ambiciosos» ya que, «al reducir la superficie edificable en suelo rústico, no pretende resolver, sino reducir cuantitativamente el problema de la edificación dispersa».

Por ello, Víctor Beltrán y Marc Tur, presidente y secretario, respectivamente, del Colegio de Arquitectos en las Pitiusas, explicaron ayer en rueda de prensa que, en sus alegaciones, proponen al Consell que se estudien en profundidad «soluciones consensuadas» dirigidas hacia un cambio de modelo, como «la transferencia del aprovechamiento edificatorio a suelos urbanos o a núcleos rurales, existentes o de nueva creación, cuyo impacto ambiental, consumo de recursos y territorio sean inferiores al modelo actualmente propuesto». «Podría incluso primarse adecuadamente a los propietarios que se acogiesen a opciones de este tipo», agregan.

Los arquitectos consideran que si existiera «voluntad política y consenso social» no sería difícil emprender un estudio de las alternativas que plantean incluyendo las iniciativas legales que debería aprobar el Parlament balear. En este sentido, Beltrán destacó que si se quiere impulsar un nuevo modelo para evitar la edificación dispersa en el campo habrá que aumentar el suelo urbanizable de la isla, que, en la actualidad, está «limitado» por las Directrices de Ordenación del Territorio.

Marc Tur advierte de que como en la isla está «muy arraigado socialmente el derecho de los propietarios a construir en sus fincas», se debe hacer «un trabajo de concienciación importante», ya que, insiste, el modelo actual «no es viable a la larga» por los problemas que en la actualidad ya se hacen patentes de «seguridad, infraestructuras y energía». «Creemos que una edificación más consolidada en núcleos urbanos es medioambientalmente más sostenible», asegura, al tiempo que añade que antiguamente vivían 5.000 familias en la isla y que el ritmo de construcción era «paulatino». «Ahora con la presión urbanística actual no se puede imitar un modelo que funcionaba hace 100 años», añade Tur.

Mejor que el PTI del PP

Este colectivo ya fue muy crítico con el PTI aprobado la pasada legislatura por reproducir el «modelo obsoleto de lo años 70». Ahora los arquitectos no cambian su posición al entender que con los cambios introducidos el PTE «se limita a reproducir un modelo territorial muy similar al que tiene su origen en el Plan Provincial de Balears de 1973». Echa en falta también que no se plantee alguna alternativa. En todo caso, Beltrán indicó que, si se aceptan las alegaciones presentadas (las más significativas se detallan en la página siguiente), el PTE aprobado inicialmente por el PSOE y ExC es «mejor» que el PTI del PP, aunque destacan que la nueva versión está «muy verde» y que «algunas de las normas, basadas en criterios subjetivos, se han de pulir muchísimo».