—Este es su primer inicio de curso. ¿Está siendo como esperaba?

—Está siendo muy intenso. Esperaba que fuera así, con mucho trabajo, porque hay muchas obras en marcha, pero todo está saliendo bien.

—¿No esperaba que hubiera más cosas solucionadas?

—No. No he echado nada de menos, todo está como tenía que estar.

—Pero un año más empieza el curso sin nuevos colegios. ¿Cuándo habrá un estreno de curso con estreno de centro?

—Este curso estrenamos Es Vedrà.

—Pero no es un colegio nuevo.

—Es un aulario nuevo con más aulas y plazas.

—Pero algunas de estas aulas ya estaban en prefabricadas.

—Sí, algunos grupos estaban en dos aulas prefabricadas. El aulario ya está amueblado y preparado para que lo estrenen.

—Pero ninguno de los colegios nuevos anunciados hace años está en construcción.

—Todos están en proceso administrativo, que va como va. Tiene sus plazos. Sa Bodega ya está adjudicado, igual que el aulario de Infantil de Poeta Villangómez. El colegio nuevo de Sant Antoni está pendiente de que el Ayuntamiento publique las bases de la licitación para que las empresas hagan sus ofertas, tenemos terreno y proyecto. Está a punto de caramelo.

—¿Y el de Es Pratet?

—Pues está un poquito menos avanzado que el de Sant Antoni porque se están haciendo los trabajos previos. No se ha podido hacer nada hasta que no se ha desatascado el tema urbanístico de Ibiza y del hospital.

—¿Pero cuándo empezará alguna de estas obras?

—Las de Sa Bodega y Poeta Villangómez, como quien contrata es el Ayuntamiento es él quien debe hacer el acta de replanteo e iniciar las obras. No sé cuándo empezarán, pero no creo que tarden mucho.

—En 20 años en Vila no se ha construido ningún colegio, exceptuando el nuevo Sa Graduada que se tenía que trasladar debido al proyecto Ibiza Centre. ¿Cómo se entiende eso en una ciudad que no ha hecho más que crecer urbanísticamente?

—Si consideramos que ahora mismo están en proyecto Sa Bodega, Es Pratet, que al final estará en Sa Joveria, y el aulario de Poeta Villangómez y pensamos que ha habido un parón debido a la aprobación del PGOU que los ha tenido cuatro años atascados… Es normal que estemos pagando el atraso. Ahora vemos cómo están saliendo estos proyectos.

—¿Alguna vez las infraestructuras responderán a la demanda o es una batalla perdida?

—Creo que sí. La voluntad es que Ibiza tenga el nivel de infraestructuras que se necesitan y se está trabajando en ello. Tenemos un atraso histórico que recuperar, pero en una legislatura no es posible. Nuestra población escolar sube y baja. Hay mogollón de peticiones. Cuando parecía que estaba todo hay cambios de domicilio, viene gente de fuera… Hay que dar plaza a todos.

—Dice que hay muchas peticiones de escolarización. ¿Esperaba que se redujeran con la crisis?

—Desde mayo y hasta el 31 de agosto ha habido más de 150. Después del 1 septiembre ya no lo sé, pero la bandeja no para de llenarse. Todo apuntaba a que por la crisis no llegaría tanta gente. Pero la temporada turística en Ibiza ha sido excepcionalmente buena y eso ha hecho que la gente que ha venido a trabajar se quede. Igual en noviembre se marchan y se llevan a los niños, pero es algo que no sabemos.

—¿Y por la crisis ha aumentado la escolarización en Bachillerato y ciclos formativos?

—Sí. Se ha notado. En Formación Profesional y Bachillerato. Grupos que suelen estar a 14 ó 15 alumnos están a 30. Muchos han vuelto a las aulas. Está bien porque se frena el abandono escolar, los alumnos recuperan las ganas de estudiar y avanzan en su formación. Es la mejor inversión que podemos hacer.

—En Primaria sigue habiendo aulas con más de 25 alumnos. ¿Cómo se puede solucionar esto hasta que haya nuevas escuelas?

—La de 25 alumnos por aula en Primaria es la cifra recomendada. Hay momentos en que aunque tuvieras más aulas, si llegan alumnos, tendrías que subir a 26 ó 27 porque si te piden una plaza en Santa Eulària no lo vas a enviar a Sant Antoni. Además, a principios de curso puedes tener 26 ó 27 y a finales 23 ó 24. Es verdad que con más alumnos por aula los profesores sufren más.

—En Secundaria se han quejado del recorte de plantillas, que obligará a suprimir las clases de refuerzo.

—A final de curso se reorganizaron las plantillas y se hizo un esfuerzo para ajustarlas sin eliminar docentes. Se ofrecieron 800 plazas de oposiciones y se ocuparon casi más de la mitad. Eso permite estabilizar las plantillas, una reivindicación histórica en las Pitiusas. Desde junio a ahora no ha habido ningún cambio.

—Entonces asegura que no se han recortado plantillas a pesar de que los centros tienen menos profesores.

—Solo se han reajustado horas y asignaturas.

—En Mallorca en dos años se ha reducido más de la mitad el número de aulas prefabricadas y la conselleria asegura que el curso que vieneo no quedará ninguna. ¿Por qué aquí cada vez tenemos más?

—Ni el de Ses Païsses ni el de Es Pratet son colegios modulares enteros, con doce aulas. Desconozco la realidad de Mallorca porque a mí la que me interesa es la de Ibiza y Formentera, pero probablemente sus planes generales se han aprobado con más premura. No es porque haya una discriminicación hacia las Pitiusas. No me he sentido discriminada en ningún momento. No tengo esa sensación. El conseller conoce bien la situación porque viene a menudo.

—Cada vez que llega un nuevo conseller dice que es consciente de que las Pitiusas están peor que las otras islas, pero al acabar la legislatura sigue habiendo diferencias con otras islas. ¿Son solo palabras?

—No creo que sean solo palabras. Creo que vamos avanzando. Una cosa es que exista la voluntad de hacerlo y otra son los trámites administrativos y urbanísticos. Entiendo que visto desde fuera parece que pasan los años y no se hace nada, pero todo está sobre la mesa.

—Con la falta de infraestructuras en la etapa obligatoria, ¿se puede hablar de recursos para la Escuela Oficial de Idiomas o la Escola d´Adults?

—Pues la Escuela Oficial de Idiomas es una de las infraestructuras que va a traladarse a Sa Coma, un proyecto extraordinario. Se trasladan este año.

—El Consell ha hablado de la UIB, la UNED, la Escuela de Turismo y un aula de métodos numéricos de la Politécnica de Cataluña, pero no de la Escuela Oficial de Idiomas.

—Pues la intención era llevar ahí la Escuela de Idiomas. A la Escuela de Adultos hay que buscarle un lugar. Veremos cómo la reubicamos para que quede dentro de la ciudad.

—¿No se ubicará en Sa Bodega cuando éste se traslade al nuevo edificio?

—Es que habrá que intervenir en Sa Bodega cuando se desaloje. Antes de aventurar si ubicamos ahí la Escuela de Adultos vamos a ver cómo está el edificio, que tiene muchos años.

—El Conservatorio parece la Sagrada Familia de Ibiza. ¿Estará terminado este curso?

—Sí.

—¿Seguro? Hace varios años que se dice lo mismo.

—Ya, el cartel de las obras dice que se acabaría en 2003.

—¿Se van a poder trasladar este curso?

—[Asiente con la cabeza].

—¿El retraso se ha debido a un problema económico con la empresa?

—Hubo una pequeña diferencia, pero se solucionó. Los restos arqueológicos también añadieron lentitud. Espero que este curso se traslade, aunque no digo el trimestre.

—¿La delegación necesita más autonomía?

—No tengo dificultades para gestionar porque aunque todo está centralizado en la conselleria, en Mallorca, no siento asfixia porque no me den lo que pido ni pienso que ojalá tuviera aquí más capacidad de decisión. Soy consciente de que estamos en un momento difícil, de crisis y falta de recursos. Hay que priorizar, estrujarse los sesos. Pero no me he sentido mal por eso.

—En el proyecto de reforma y ampliación del colegio Vara de Rey se abandonó finalmente reformar el edificio antiguo. Tal y como está el centro, ¿se ha planteado recuperar la reforma?

—Es verdad que tiene muchas dificultades porque es un edificio muy antiguo. Ayuntamiento y conselleria tenemos que colaborar. No quiero echarle el mochuelo a nadie ni eludir mi responsabilidad. Entramos en el debate de qué es mantenimiento y qué reforma. Hay que volver a estudiar si se reforma, claro que sí.

—¿Qué es lo más urgente?

—La construcción de centros, las aulas del Marc Ferrer y una nueva aula ASCE para el instituto Sa Blanca Dona. Tenemos que hacer dos líneas en Can Cantó, Santa Gertrudis y Sant Carles y la reforma del Sant Ciriac.

—Además de los centros previstos, ¿hay zonas en las que ya es necesario un colegio?

—Sí. La población crece y los barrios también. Cualquier actuación urbanística necesita unos equipamientos. Tenemos que escuchar a los alcaldes. Y ellos a nosotros. A veces tenemos suelo donde no tenemos alumnos y eso nos obliga a gastar luego en transporte escolar y a que no se puedan usar los centros por las tardes porque no se puede llegar.

—¿Pero piensa en una zona concreta?

—Sí, Cala de Bou, que está creciendo mucho y necesita un colegio. Y lo mismo en es Canar.

—Hablando de transporte escolar. Este año empieza el bachillerato de Artes Escénicas en Sant Antoni, al que irán alumnos de toda la isla. ¿Se pondrá transporte?

—Es un bachillerato, igual que el de Artes, que da servicio a toda la isla. Hay unos 18 alumnos matriculados y habrá que ver de dónde proceden para estudiar las soluciones. El transporte público podría ser una buena solución si pudiéramos cuadrar los horarios y las líneas.

—¿Cuál es para usted el principal problema de la educación en las Pitiusas?

—Alguna cosa puntual me quita el sueño, pero se van resolviendo. Lo que más preocupa es que las infraestructuras salgan adelante. Es la piedra angular.

—Si pudiera tomar una decisión. ¿Cuál sería?

—¿Sin permisos ni esperar licencias? Eso no puede ser.

—Bueno, pues si pudiera acelerar algo.

—Lo que me gustaría es que todos acabaran su formación, que llegaran a la universidad o a ciclos formativos. Cuando veo la Universitat Oberta per a Majors, con la gente yendo a clase, me emociona. Mi madre tiene 79 años y va a informática porque quiere chatear con nosotros. Se va con su portátil a una escuela de Adultos, al llegar a clase me dice que se va a conectar y chateamos. También tener más escuelas y profesores es algo que tenemos que resolver.

—¿El curso que viene, habrá más o menos prefabricadas?

—Debería haber menos. Las prefabricadas no son tan malas. Tienen aire acondicionado, calefacción.

—El problema es que se vean como algo normal.

—Son provisionales. No las vamos a tener más de lo necesario.

—Pero llevan varios años y aún no han empezado las obras.

—Sí. Entiendo que se angustien. Yo también me angustio.

«No hay fecha para el instituto de Sant Antoni»

—A finales del curso pasado se pensaba que el problema del nuevo instituto de Sant Antoni sería el transporte escolar y al final no está terminado. ¿Cómo están las obras?

—Está igual que al acabar el curso. La empresa ha tenido diferencias económicas con la conselleria. Los informes técnicos no aconsejaban pagar la diferencia que pedía la empresa. Se abrió un expediente para que el consell consultiu diga si se rescinde el contrato con la empresa. Estamos esperando ese informe. Le queda un 25 por ciento para estar acabado y el conseller quiere que se termine.

—Si se rescinde el contrato…

—Se retrasarán las obras porque habrá que volver a licitar la parte que falta.

—¿Cuándo podría estar listo?

—No hay una fecha.

—¿Tantos alumnos en un mismo centro no generará problemas?

—La convivencia siempre genera dificultades, en cualquier centro. Tenemos diez institutos con un número de alumnos parecido. El Quartó tiene ahora mismo más de 600 alumnos entre Secundariay Bachillerato. Ahora, al recuperar los alumnos del anexo del Cervantes, que son 250, hay que reorganizarse, pero tienen espacio suficiente. Es verdad que el hecho de que lleguen los del anexo y no se marchen los que se tenían que ir a nuevo instituto da la sensación de agobio. Estas aulas irán desapareciendo cuando se abra el nuevo instituto.

—En Santa Eulària está previsto un instituto. El director del Xarc dice que el próximo curso no cabrán todos los alumnos en el centro.

—El Ayuntamiento ya ha puesto el solar a disposición de la conselleria. Está al lado del colegio Vènda d´Arabí. Se están haciendo los trabajos previos para preparar el proyectyo básico de ejecución.

—Entonces tampoco hay fecha.

—No. Ni aproximada. Cuando esté el proyecto básico se podrá empezar a hablar de fecha.