El diseñador Javier Mariscal ha vuelto a Formentera junto a su familia un año más para disfrutar de sus vacaciones. Para él la isla se ha convertido en una cita obligada, aunque no hace muchos años dijo que no volvería ante la saturación de turistas en el mes de agosto. Ha cambiado de idea y afirma, rotundo: «Formentera es el mejor lugar del mundo».

Bajo los pinos, en una casa situada en un bosque de es Cap de Barbaria, encuentra el tiempo y la tranquilidad necesarias para dibujar y trabajar en sus proyectos. Hace un par de años ya tenía en su tablero de trabajo (que monta en el exterior de la vivienda) las pruebas de los dibujos que forman parte de la primera película de animación para adultos que estrenará a lo largo de este invierno y que coproduce con el reconocido cineasta y productor Fernando Trueba y con una compañía británica, Magic Light Pictures. Su título: Chico y Rita.

Su hermano, Tono Errando, con el que trabaja habitualmente en los proyectos audiovisuales que salen del Estudio Mariscal, le acompaña en la dirección, en la que también interviene Trueba que, por primera vez, se introduce en el mundo de la animación. La cinta, de 90 minutos de duración y con un presupuesto de 10 millones de euros, se estrenará a mediados de septiembre en el Festival Internacional de Cine de Toronto (Canada). En España todavía está por confirmar la fecha del estreno, aunque todo apunta a que será a lo largo del último trimestre de este año.

El Estudio Mariscal ya había desarrollado proyectos de dibujos animados, como la serie infantil para la televisión alemana Twipsy. En el caso de Chico y Rita la propuesta fue de Fernando Trueba, que le planteó la idea de hacer una película sobre músicos cubanos.

La música como personaje

Javier Mariscal no lo dudó y animado por su hermano empezó a desarrollar el proyecto gráfico. El diseñador explica: «Fernando planteó una historia de amor entre dos músicos, una cantante y un pianista, ya que teníamos un as en la manga fantástico, que es la música del pianista Bebo Valdés. También decidimos presentar la edad de oro de la música cubana, en los años cuarenta, cuando todos los ritmos de Cuba se hicieron internacionales con grandes orquestas y compositores que arrasaban en el mundo y sobre todo en Estados Unidos. En aquel momento existía una gran relación entre la Habana y Nueva York, un intercambio cultural y musical constante». Para dar forma al guión original contaron con Ignacio Martínez de Pisón y con el propio Trueba. La historia comienza en 1948 y termina en 2008.

La música juega un papel fundamental en la cinta y es tratada como un personaje más ya que se trata de lo que cuenta una canción que compone Chico para Rita. En ese sentido, han cuidado especialmente la calidad del sonido.

Fernando Trueba no sólo aporta su capacidad como realizador; también su pasión y contactos con la música cubana que ha hecho que haya invitado a músicos actuales como Amadito Valdés, Michael Mossman o Jimmy Heath que emulan, en la banda sonora, a Tito Puente, Dizzie Gilespie y Ben Webster, respectivamente.

Javier Mariscal se ha encargado de los dibujos y ha contado con varios equipos de animación de estudios de varios países. El caso es que en los créditos aparecen más de 500 personas para hacer una producción de más de 125.000 ilustraciones. Todos los dibujos están muy cuidados, en el sentido de que Mariscal ha tenido que buscar mucha documentación para ambientar los años en los que transcurre la historia, desde el vestuario de los personajes a los más mínimos detalles decorativos. En cuanto al tratamiento gráfico, el dibujante afirma:«He tenido que inventar un nuevo estilo, más realista de lo que hasta ahora he hecho. La línea del dibujo que he utilizado es clara, tipo Tintín, es decir, que todo es muy sintético. Son muñecos que transmiten veracidad y la gente que la ha visto dice que a los tres minutos se olvidan de que están viendo animación», afirma.