Unas 1.500 personas tuvieron que ser evacuadas ayer de Benirràs como consecuencia de un incendio forestal que comenzó sobre las 17.25 horas a un kilómetro de la playa aproximadamente y había arrasado al menos 150 hectáreas, según las estimaciones de la dirección general de Emergencias, que resaltó que la cifra podría aumentar dado que el fuego aún no estaba controlado.

Distintos medios aéreos y terrestres, bomberos, personal del Ibanat y agentes de Medio Ambiente del Govern balear, efectivos de Protección Civil, agentes de la Policía Local de Sant Joan y de la Guardia Civil, y miembros de la Unidad Militar de Emergencias de Bétera se sumaron durante la tarde y la noche a las tareas de extinción, de modo que el total de efectivos superaba el medio centenar.

El aviso del incendio llegó a las 17.25 horas. Fuentes del 112 indicaron que empezaron a recibir «un alud» de llamadas de personas que estaban en la playa, algunas de ellas habían acudido a «una fiesta», y que veían cómo se propagaban las llamas, que se encontraban aproximadamente a un kilómetro de la playa.

Según los testigos, el fuego se inició en una zona boscosa situada cerca de los aparcamientos y pronto se propagó al monte y a los vehículos, algunos de los cuales «explotaron». El origen de las llamas todavía se desconoce y deberá ser investigado. No obstante, hubo quien dijo que vio a alguien encender un fuego para cocinar y cómo éste se descontroló justo donde comenzó el incendio.

Tras tener conocimiento de lo sucedido y al tiempo que llegaban noticias de que había bañistas con dificultades por el humo, se activaron los medios de emergencias, algunos de los cuales estaban en un pequeño fuego declarado junto a la carretera de Sant Josep a Ibiza.

Agentes de la Guardia Civil cortaron la carretera de Benirràs, por donde solo podían acceder los vehículos de extinción y salir los bañistas que podían ser evacuados en sus turismos. Sobre la salida de coches hay versiones diferentes: unos testigos dijeron que les hicieron dejar sus vehículos porque no se podía pasar; otros, que les indicaron que cogieran los coches y salieran rápidamente; algunos más que primero les dejaban salir pero que después cambió el viento y les hicieron volver.

Mientras tanto, a la playa empezaban a llegar embarcaciones que estaban en el Port de Sant Miquel para recoger a los bañistas y ponerlos a salvo. «Cuando se ha visto el fuego han empezado a decir que no se podía salir por carretera y hemos cogido los barcos para ir a por ellos», narró José Luis Rodríguez, secretario del PSOE de Sant Joan, que realizó «bastantes viajes».

Finalmente, el director general de Emergencias, Jaume Coll, cifró en alrededor de 1.500 las personas evacuadas de la zona. Además de los bañistas, también se desalojó una decena de viviendas, a algunas de las cuales el fuego llegó bastante cerca.

Mientras, los efectivos desplegados trabajaban por tierra en la extinción del fuego, con ayuda de al menos cuatro helicópteros, tres aviones y un hidroavión canadair, que hacían batidas sucesivas, por lo que se tuvo que cortar el suministro eléctrico en 42 casas. Las llamas avanzaron en dos frentes, uno hacia el sur y otro hacia el norte, donde los equipos de extinción trabajaban de manera intensa.

Una vez que se hizo de noche, los medios aéreos se retiraron, pero entonces llegó ayuda de la sección contra incendios de la Unidad Militar de Emergencias (UME). A medianoche ya estaban en la isla 18 efectivos con material ligero y se esperaba que durante la madrugada llegaran en barco otros 38 con distintos vehículos.

Según el 112, durante las tareas de extinción dos personas sufrieron quemaduras de carácter leve y tuvieron que ser atendidas también por inhalación de humo y llevadas al hospital. No se precisó si eran bañistas o de los equipos de extinción. Además, un hombre fue arrestado por la Guardia Civil, si bien en principio no era en relación al incendio sino por un altercado durante la evacuación. En cuanto a daños materiales, se quemaron una veintena de coches.

La delegada de la Administración del Estado en las Pitiusas, Sofía Hernanz, destacó que era un incendio de «una envergadura muy importante», pero que «gracias a la rápida actuación de los medios» desplegados, no había que lamentar desgracias personales. El conseller de Medio Ambiente, Albert Prats, lamentó que ardiera una zona que se había «trabajado tanto por proteger» y comentó que, a las 23 horas, uno de los focos del fuego empezaba a bajar por la ladera de es Canaret, con lo que pronto alcanzaría la superficie quemada el año pasado en Punta Xarraca.

«Es una pena que se den este tipo de situaciones en las que desgraciadamente los gobiernos no han podido prevenir ni tomar medidas para evitar que ocurran», dijo el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí, Carraca, en un comunicado. Tras la medianoche llegó a Benirràs el presidente del Govern, Francesc Antich, que lamentó lo sucedido por el «valor ecológico y medioambiental» de la zona.

Francesc Antich

El presidente del Govern llegó a Benirràs pasada la medianoche para seguir las tareas de extinción. Francesc Antich lamentó lo sucedido por el «valor ecológico y medioambiental de la zona».

Prats y Hernanz

El conseller de Medio Ambiente, Albert Prats, y la delegada insular de la Administración del Estado, Sofía Hernanz, también acudieron durante la noche a la cala para conocer la situación de primera mano.