Todos los niños se burlaban de Babaiaga, por lo que decidió que quería parecerse a ellos y comenzó a entrenarse comiéndose a su perro porque, «en el fondo, no le gustaban mucho los animales (solo estofados)». Principios como este se extraen de alguno de los 54 libros calificados como atípicos y destinados a un público infantil y juvenil que se exponen en la muestra ´Més que llibres´, con una selección de obras del fondo municipal en la Biblioteca Municipal de Can Ventosa hasta el 20 de agosto.

Entre historias y relatos para todos los gustos destacan las cuidadísimas ilustraciones de los libros de la editorial Baula: ´Els amants papallona´ (2008), del ilustrador francés Benjamin Lacombe, y ´Babaiaga´ (al cual pertenece el fragmento con el que comienza este texto), publicada en 2004 por Taï Mar Le Tanth y Rébecca Dantrener. El primero, de gran tamaño, funde Japón, amor y haikus en la historia romántica de dos amantes, Naoko y Kamo, a través de cortos textos e ilustraciones a toda página que llaman la atención –especialmente los retratos–, sobre la mesa de exposiciones. Lacombe, por su parte, se sale un poco del estilo tradicional para contar la historia de Babaiaga, una aventura que puede recordar a la de Hansel y Gretel, de los hermanos Grimm, por el intento de una horrible mujer de comerse a una pobre jovencita abandonada a su suerte por su mala madre.

Los animales cobran un gran protagonismo en estas obras, ya que la mayoría tienen como personajes principales a diferentes especies de la fauna. Una de las publicaciones más curiosas, de la editorial Kókinos, es la titulada ´El jardín de Babaï´, escrita por la artista francesa de origen iraní Mandana Sadat. Esta edición, que confunde páginas en blanco crudo y un par de líneas de texto con ilustraciones a todo color, está escrita además en dos idiomas: empezando en el sentido habitual se lee la historia en español y comenzando el libro por la parte de atrás la lectura se hace en el idioma persa. En él, el cordero Babaï decide crear un jardín con las semillas que el viento ha acumulado en sus lanas para no sentirse solo en las lejanas montañas de Irán y, gracias a su jardín, un sinfín de especies conviven en el país en el que hoy los problemas no terminan.

En esta colección para dejar vía libre a la imaginación no podía faltar la tierna historia de Max, en este caso en catalán (´Allà on viuen els monstres´ –editorial Kalandraka–), publicada en 1963 por Maurice Sendak, que fue llevada al cine por el estadounidense Spyke Jonze en 2009 con gran éxito en taquilla.

Para clásicos y para romper con ellos de una vez, A.R. Almodóvar y Marc Taeger reinventan uno de los cuentos más extendidos con ´La verdadera historia de Caperucita´ (Kalandraka), eliminando algunos tabúes con un lenguaje directo y valiéndose de su calidad para la ilustración.

Entre los cómics –escasos–, destaca ´Mister O´, de la editorial NBM, en el que algo similar a una patata intenta saltar de una gran roca a otra. Cada una de las treinta páginas de las que consta este relato de Lewis Trondheim tiene 60 pequeñas viñetas entre las que no transcurren apenas unos segundos de tiempo, como en una animación.

Los más pequeños también pueden disfrutar de obras tridimensionales, de libros con monstruos como los que protagonizan el poco temible Tim y el encantador Boris, libros para leer en la oscuridad con letras especiales, libros para aprender a hacer nudos –con nudo incluido–, libros para aprender incluso swahili. ´El libro negro de los colores´, escrito por Menena Cottin y Rosana Faria en lenguaje tipográfico y en braille, ofrece la oportunidad de conocer cómo es este código lingüístico. Sobre un fondo totalmente negro se adivinan, tocando, las imágenes que el texto de cada página evoca para definir cada color: «El rojo es ácido como la fresa y dulce como la sandía, pero duele cuando asoma por el raspón de la rodilla». Una forma más de imaginar a través de las páginas.