Otra de las novedades que incorpora el nuevo PTI hace referencia a la posible explotación turística de los faros. El texto normativo introduce un inciso en este punto para puntualizar que los usos relacionados con la hostelería permitidos en los faros de la isla quedan supeditados a que a la entrada en vigor del PTI ya dispongan de acceso rodado legalmente implantado y no sea necesario ampliarlo. Esta modificación pretende evitar «el gran impacto paisajístico» que podría causar dotar de accesos de infraestructuras de este tipo «en lugares inaccesibles».

La nueva versión de la norma territorial también elimina del texto las referencias al túnel de s´Illa Plana, previsto inicialmente por la Autoridad Portuaria para facilitar el tráfico rodado de es Botafoc, pero del que PSOE y ExC pactaron antes de las pasadas elecciones la retirada, al igual que el vial de ses Feixes de Talamanca que también ha sido eliminado. Tampoco aparece el túnel del puerto de Sant Antoni, proyectado por el anterior gobierno del PP para dar fluidez al tráfico, lo cual fue criticado desde las filas de la oposición en el pleno del viernes. El conseller José Torres dijo que lo único que se consigue es «estrangular» al puerto de Sant Antoni.

En cuanto al puerto de Sant Antoni también se retira la previsión de que puedan atracar de forma simultánea dos buques comerciales, en contra de los intereses del Ayuntamiento, gobernado por el PP.

En cuanto a los puertos deportivos, el Consell supedita la autorización de la ampliación de amarres a la aprobación previa de un plan de ordenación de este tipo de infraestructuras. Por ello, hasta que no se cuente con este instrumento de planificación, la institución informará desfavorablemente a las solicitudes sobre proyectos concretos de nuevos puertos deportivos, así como las de ampliación de las infraestructuras actuales cuando no se hallen en el interior de las zonas de servicio existentes en el momento de la aprobación del PTI.

Asimismo, la norma territorial establece como criterio de ordenación que en el caso de que sea necesario ampliar la oferta de amarres se deberá dar preferencia a «la optimización del uso de las aguas actualmente abrigadas y a la ampliación de las instalaciones actuales». «En todo caso, será prioritaria una orientación hacia el incremento de la calidad de este tipo de infraestructuras», apunta. También se apuesta por la instalación de estructuras temporales como alternativa a nuevos puertos.