–Hasta ahora, con la presentación del libro, y a pesar de que su blog era uno de los más populares de España prácticamente no se han visto imágenes suyas y su nombre es un pseudónimo.

–El blog abordaba un tema un poco controvertido y no me interesaba mostrar mi imagen. Ahora, con la promoción, es imposible ocultarla.

–¿Es este el inicio de una carrera como escritor o echará el cierre como hizo con el blog?

–Seguiré escribiendo, aunque ahora estoy un poco saturado porque tuve que compatibilizarlo con el trabajo, levantarme a las cinco de la mañana cada día y emplear los fines de semana en ello. Este verano quiero descansar un poco después de la promoción y retomar la escritura en septiembre, aunque todavía no sé si como Martín Lobo o no. El libro tiene una tirada inicial de 7.000 ejemplares y me han dicho que si logro vender 5.000 ya es todo un éxito, pero esa cifra no es de locura.

–¿Ibiza va a estar entre los destinos que va a escoger para descansar tras la promoción?

–No tengo ni idea. Estuve en Ibiza hace un tiempo. Necesito un poco de paz, de calma y si voy a Ibiza me voy a volver loco (risas).

–En los mandamientos del gay que recoge su libro, dice: ´Ibiza es tu segundo hogar´. ¿Es una exageración o es así?

–Este decálogo abrió el blog y también abre el libro. No puedo hablar en nombre de todo el colectivo pero todos los que conozco señalan a Ibiza como uno de los puntos calientes de Europa. Los cierres de las discotecas son un reclamo enorme, los gogós de Madrid en invierno están todos en Ibiza en verano...

–Sin embargo, en los últimos años ha perdido fuerza. Han cerrado algunos locales...

–Es posible, pero eso ha pasado en general. Cuando llegué a Madrid hace diez años era una locura, había mil discotecas, mil afters... salías un sábado y la vida nocturna no tenía fin. Ahora no, se ha parado mucho todo, los locales cierran antes. Ibiza también se masificó mucho en su momento y eso también quema. –¿Cuánto hay de verdad y cuánto de ficción en ´Diario de Martín Lobo´?

–Evidentemente es un tema que conozco y creo que, al menos para una primera novela, es recomendable escribir de lo que uno conoce. El libro está basado en el blog, que es donde nació el personaje. Quería seguir el lenguaje y el tono. Es ficción pero siempre hay referencias a personas reales. La mejor amiga de Martín Lobo es una mezcla de mis mejores amigas y hay hechos que describo que han pasado realmente, ya sea a mí o a alguien de mi entorno. Creo que realidad y ficción están a un cincuenta por ciento.

–¿Hay algo de cierto en la historia de una amiga suya que se enamora de un miembro del PKK kurdo y acaba casi secuestrada?

–Tiene algo de real, sí hay un personaje kurdo real... pero no quiero dar muchas explicaciones sobre estas cosas (risas).

–En su libro dice: ´soy promiscuo porque no encuentro lo que busco´. ¿Habla Martín Lobo o Javier Cid?

–Lo dice el personaje y también lo he dicho yo en un momento de mi vida en el que estaba más alocado. Es una manera de justificar lo injustificable. Que el mundo gay es muy promiscuo lo sabemos todos y que el sexo express está a la orden del día, también. Todo el colectivo o al menos una gran parte de él se apoya en un modo de vida hedonista. Pero eso es una parte. Me gusta leer, me levanto todas las mañanas para trabajar y pago mis impuestos. Los gays no vamos todo el día en ropa interior por la vida. En el mundo gay es muy complicado encontrar el amor.

–¿Por qué?

–Uf, porque el sistema está montado un poco así. Vas por Chueca y te bombardean con flyers para entrar en las discotecas con fotografías de tíos musculados. Se han establecido unos cánones de culto al cuerpo muy frívolos. Se vende una historia que es contraria al amor eterno. Es el ´vive deprisa y pásatelo bien´.

–Pero Martín Lobo busca el amor y la estabilidad.

–Creo que como todo el mundo, pero es muy difícil. Con un ambiente tan promiscuo y tanta gente guapísima...

–¿Cree que la presión social por el aspecto conecta a los gays con el mundo femenino?

–Por supuesto. Yo siempre me he llevado mejor con las mujeres que con los hombres. Pero me gustaría que, dejando a un lado el rollo gay, quedase claro que lo que le pasa a Martín Lobo le puede pasar a cualquiera. A todos nos han dejado, lo hemos pasado mal por amor...

–Lo cierto es que el personaje y lo que le sucede provocan una enorme empatía en el lector.

–Me lo dicen muchas chicas. Salvo algún guiño al estereotipo que hay al principio he querido huir del gay musculoso, de la cabalgata, de la pirotecnia... Todas las novelas gay actuales son eróticas y casi pornográficas. En mi novela hay sexo pero no hay una escena explícita.

–Sin embargo hay escenas con un alto voltaje sexual y que resultan turbadoras. Cuando Martín Lobo y su pareja se cortan el pelo mutuamente en una terraza...

–Esta escena sí es real. Me parece más bonito contar algo así, más de atmósfera, que describir un polvo de pim, pam, pum, la mete, la saca y eyacula y ya está.

–¿Cree que un libro como el suyo podría ser lectura obligatoria en Educación para la ciudadanía?

–(Risas) Creo que consigue acercar y normalizar la imagen del gay. Pero recuerdo que, al contrario, cuando escribí el blog sufría muchas críticas porque me acusaban de crear estereotipos y me decían que hacía un flaco favor a la normalización... Yo les decía que puede que estuviera haciendo mucho más por la normalización de lo que ellos pensaban. Le eché un par de huevos para escribir una cosa así. No todo el mundo se atreve. ¿Qué hay que hacer para normalizarlo? ¿Salir en tanga el día del Orgullo gay? Pues a lo mejor no.

–¿No cree que el gay ha salido del armario para meterse en el gueto de los barrios o zonas ´de ambiente´?

–Si tengo una pareja quiero ir a un restaurante en el que le pueda dar un beso y la mano y que nadie me mire por ello. Hoy en día todavía no es posible hacerlo en un restaurante que no sea de ambiente. Pero también le estoy cogiendo manía a Chueca por la sobreexposición del mundo gay, que tampoco somos el culo del mundo, hombre, y hablar siempre de lo mismo cansa.