Formentera se ha convertido en un referente para las personas afectadas por la fibrosis quística, una enfermedad genética incurable que reduce alrededor de 40 años la esperanza de vida de quienes la padecen. La mejor terapia para aumentar la calidad de vida de estos enfermos es respirar, o mejor dicho, aprender a expectorar las mucosas que se acumulan en la base de los pulmones y en otros órganos.

En 1999 un fisioterapeuta y nadador experimentado, Pere Galiana, quiso llamar la atención sobre la existencia de esta enfermedad dando la vuelta a nado en solitario a la isla. Once años después 240 nadadores de Estados Unidos, Reino Unido, Italia y España repiten la hazaña.

La organización corre a cargo de la Associació Balear de Fibrosis Quística, que se ha convertido en el referente nacional en cuanto a terapia aplicada a estos enfermos. También participa la Fundación Respiralia que aglutina todos los actos deportivos y sociales en ese sentido y el Consell de Formentera, que desde hace una década da su apoyo incondicional a la iniciativa. Se suman más de 50 instituciones y firmas comerciales colaboradoras.

Cuenta atrás

A las 10.30 horas de ayer los propios participantes dieron la salida con una cuenta atrás. Desde el aire, un helicóptero del SAR, del 801 Escuadrón de Ejercito del Aires, cuyo vuelvo fue autorizado en mayo y que viene dando apoyo desde su origen a esta prueba, sobrevoló la zona para sorpresa de los bañistas, ajenos al acontecimiento.

Entre risas, nerviosismo y diversión los nadadores se zambulleron en el mar para alcanzar el ´Capitán Jack´, barco de apoyo y referencia para todos los participantes. Una vez a bordo atravesaron el canal de entrada al puerto de la Savina y volvieron a tirarse al agua. A partir de ese momento empezaron a nadar por relevos para pasar a lo largo de Punta Pedrera, Cala Saona, doblar por es Cap de Barbaria y llegar a la playa de es Copinar, en Migjorn, pasadas las 18.30 horas.

El coordinador en tierra y director gerente de la Fundación Respiralia, Carlos Pons, resumió la jornada: «Ha sido estupendo, no había prácticamente medusas, el tiempo nos ha acompañado y la gente ha nadado». La jornada terminó con la cena benéfica en el restaurante Insotel del Club Maryland.

Esta mañana comienza la segunda etapa, a la misma hora, con salida en la playa de es Copinar y llegada en la de es Pujols, pasando bajo los imponentes acantilados de la Mola.