La Asociación de Vecinos de ses Figueretes se dirigirá al Ayuntamiento de Ibiza para reclamar la erradicación de la prostitución callejera en este barrio y amenaza con tomar medidas de presión, como la celebración de una manifestación, si en un espacio corto de tiempo no se ha producido una «respuesta positiva» por parte del Consistorio.

Los vecinos tomaron esta decisión en la reunión que celebraron en la biblioteca de la calle Navarra el martes por la noche y, según informó ayer el presidente, Josep Joan Bonet, se ha convocado una nueva reunión para el próximo 6 de julio con el fin de determinar si están satisfechos con la reacción del Ayuntamiento y, en su caso, de tomar las medidas que estimen pertinentes.

«Pedimos que se erradique la prostitución de la calle -señala el portavoz vecinal-, porque no podemos permitir que aumente con respecto a lo que ya se puede ver cualquier día, tal como ocurrió el año pasado a medida que avanzaba el verano. Y si no se puede erradicar en este escaso margen de tiempo, por lo menos debemos apreciar que se han tomado medidas. De lo contrario, vamos a movilizarnos por nuestra cuenta».

Los responsables vecinales no quieren pronunciarse sobre cómo debería efectuar la vigilancia la Policía Local, aunque aseguran que si hubiese alguna patrulla moviéndose por los lugares donde habitualmente se establecen las prostitutas, éstas no permanecerían allí. Aseguran que, aunque estas mujeres pueden trabajar de forma discreta, a menudo su estancia en la calle suele ser foco de ruidos, con clientes que acuden en coches con la música a todo volumen. Asimismo, aseguran, se suelen producirse disputas y broncas que suponen una molestia «inaguantable» para los vecinos que viven cerca de estos puntos.

Los locales de alterne

Los vecinos afirman que los locales del barrio en los que se ejerce la prostitución no suponen ningún inconveniente. El problema está en que las mujeres que trabajan en la vía pública suponen una competencia para ellos y «al ver que la Policía no actúa, lo que hacen estos locales es sacar a sus prostitutas a la vía pública, según nos contaron en la asamblea», comenta uno de los portavoces vecinales.

La asociación dice haber contabilizado alguna noche hasta quince prostitutas que trabajan en la calle desde las nueve y media de la noche hasta las siete de la mañana. El año pasado el fenómeno se inició con un número similar y fue aumentando a medida que avanzó el verano, de forma que llegaron a ser unas cuarenta, con el consiguiente deterioro de la situación y la imagen del barrio.

«Según se comentó en la asamblea -afirma el presidente-, la otra noche una chica del barrio estaba de pie en la calle guardando sitio para que su madre pudiese aparcar el coche. En ese momento se le acercó una señora y le dijo que se marchase a otro lugar, que aquella calle es suya. La situación ha llegado al punto que cualquier chica sola que esté enfrente de su portal esperando a alguien se la confunde con una prostituta y se le acerca algún cliente para preguntarle cuánto cobra».