Ana Belén y él visitaron Ibiza a principios de los años 70 y volvieron en 2001, así que la de ayer sumó la tercera parada de Víctor Manuel en la isla, esta vez para explicar la biografía de sus canciones en el recital ´Vivir para cantarlo´.

—Su último álbum de estudio que salió al mercado se titulaba ´No hay nada mejor que escribir una canción´ en 2008. Sin embargo, en su espectáculo reconoce que componer es un proceso doloroso.

—A veces el dolor produce placer. Escribir es complicado, enfrentarse a un papel en blanco es duro. Pero siempre que terminas una canción te crees que acabas de componer ´Yesterday´, aunque enseguida te das cuenta de que no. Pero ese subidón que te da al finalizar una canción es increíble. Has sacado algo de la nada.

—Precisamente esta gira recupera ese momento que rodea la composición de una canción.

—Explica el porqué de algunas canciones, por qué compones un tema sabiendo que te estás metiendo en un charco horrible del que te va a ser difícil salir.

—¿Tiene esta gira el sabor de las despedidas?

—No, no. Me lo preguntan siempre pero no tiene ni nostalgia ni sabor a despedida. Es un repaso desde el año 1967 a 2008 pero el futuro queda completamente abierto. Dejaré esto el día que no tenga interés por lo que pasa a mi alrededor.

—¿Y eso pasará alguna vez?

—Segurametne sí, cuando físicamente no me encuentre bien. No estoy en ese momento. Aguanto muy bien las dos horas y media de concierto y disfruto muchísimo. No sabes lo que me ahorro yo en psiquiatras en estos conciertos. Te plantas ahí, abres tu corazón y le cuentas a la gente tus cosas. No todos los conciertos son iguales. Además, no es nada light. Digo lo que pienso y no se puede gustar a todo el mundo. Mis actitudes sociales, políticas y de vida no gustan a todos y a veces hay gente que sale del concierto echando pestes de mí porque ha venido equivocada o porque le han regalado la entrada (risas). El que me conoce un poco sabe lo que va a encontrar.

—¿Próximo álbum a la vista?

—Grabé el concierto de esta gira en el Teatro de Bellas Artes de Madrid. Unos productores de cine lo vieron y surgió la idea de hacer una película con la historia, sumando una parte de estudio y documentación y en ello estamos. Habrá un disco del concierto y un dvd de una hora y media que dirigirá José Luis García Sánchez. Claro que me gustaría hacer un nuevo disco de estudio aunque hoy en día es como echar una botella al mar. Casi no te sirve ni de promoción. No se vende pero tampoco se difunde. El disco de 2008 del que hablabas antes es un disco que no existe. La radiofórmula y la manera de difundir la música ahora dejan al 99 por ciento de la profesión fuera. Lo que echo de menos de la radiofórmula de antes es que convivían Paco de Lucía con Serrat y Camilo Sesto. Hoy sólo se escucha Camilo Sesto, que sería Bisbal hoy día. Eso es un empobrecimiento de la música. Ahora sólo hay uno, el que funciona que, además, suele ser el más barato, el más leve, el más hortera.

—Y aquí es donde entra la cara y la cruz de Internet que, por una parte sirve para descubrir artistas que de otro modo es imposible hacerlo pero también es la vía de las descargas ilegales.

—Este es un país muy especial, el país del exceso. Cuando nos ponemos a piratear somos los que más lo hacemos del mundo. Es complicado decirle a la gente que se ha acostumbrado al ´gratis total´ que tiene que pagar desde mañana. Efectivamente es una salida importantísima para la gente que empieza. Pero uno de los músicos que trabajan conmigo grabó una canción con un chaval que empieza. Han tenido 200.000 descargas en un mes pero el chaval sigue trabajando en un banco y sólo puede cantar como aficionado el fin de semana. Eso es un drama porque, finalmente, ya hay una generación que ha interiorizado de que esto no se vive sino que es una afición. Es una situación bien jodida. No para la gente que estamos de vuelta pero sí para quien quiere empezar ahora. Hay personas que llevamos diez años combatiendo la la piratería de la música pero ahora ha llegado a todo: a las películas, a los periódicos, a los libros. La situación tiene remedio pero todos los gobiernos, este y el anterior, miran para otro lado, aunque ellos también pierden.

—¿Y el papel de las operadoras?

—Las principales responsables son las operadoras de telefonía a las que les han venido muy bien las descargas rápidas, aunque tenemos las tarifas más caras de Europa y la peor calidad. Por alguna razón Europa nos toma como conejillos de indias. Operadoras como la británica Vodafone hacen una publicidad de las descargas en España que no están permitida en su propio país. Hay impunidad total. Esto ha destrozado a las compañías de discos. No es que yo las eche de menos pero es que antes esas empresas se podían permitir tener nueve artistas en desarrollo y uno que funcionaba que pagaba a los otros nueve. Ahora sólo se apoya al que es rentable.