El Ayuntamiento de Sant Antoni ha pedido autorización a la Demarcación de Costas de Balears para llevar a cabo una intervención en las playas de Cala Salada y Cala Saladeta, con el fin de devolver a la primera la arena que los temporales han arrastrado hasta la segunda, con lo que las dos han perdido su configuración habitual.

El concejal de Medio Ambiente de Sant Antoni, Juan Linde, explicó que el permiso para hacer esta intervención se había solicitado ya en años anteriores, aunque primero Costas reclamó un informe que lo justificase y cuando éste se presentó, requirió otro específico de dinámica litoral. Mientras una empresa especializada está ultimando este estudio, la playa de Cala Salada está totalmente estropeada después de los últimos temporales.

La arena que se vertió en la playa hace años ha desaparecido casi en su totalidad y han quedado al descubierto capas de cantos rodados y grandes piedras, con lo que el área de solarium está prácticamente inhabilitada.

Esa arena se ha acumulado en el área de Cala Saladeta, donde la superficie de playa se ha ampliado considerablemente, hasta el punto de que los varaderos de las casetas de pescadores ya no se sumergen en el mar, sino que se quedan un trecho considerable fuera del agua. Esta circunstancia supone también un importante inconveniente para los usuarios de esos varaderos a la hora de sacar sus embarcaciones, advierte Linde.

El técnico de la concejalía, Diego Ponce, señaló que el informe presentado por el Ayuntamiento a la Demarcación de Costas explicaba que el fenómeno que se produce en Cala Salada por acción de los temporales suele ser siempre similar y supone que las corrientes que entran en la cala empujan la arena y la arrastran hacia la izquierda, por lo que aparece en Cala Saladeta. El otro informe que reclama la Demarcación de Costas obedece a la necesidad de preservar las praderas de posidonia que hay en las cercanías.

Una operación sencilla

Este informe ha sido encargado por el Ayuntamiento y se presentará inmediatamente a Costas, con el fin de que este organismo extienda el permiso y los trabajos se puedan desarrollar antes de la temporada turística. Ponce afirmó que la intervención que se pretende llevar a cabo es «relativamente sencilla». Consiste en instalar una bomba de succión en el depósito de arena y transportar ésta por medio de un tubo hasta la otra playa. Está previsto devolver a la zona el aspecto que tenía en los últimos años.

El técnico municipal considera que estos trabajos se pueden realizar en pocos días y espera que se puedan concluir antes de que acabe mayo. La iniciativa estará costeada al ciento por ciento por el Ayuntamiento, dado que los representantes municipales descartan que la demarcación de Costas esté dispuesta a participar en la financiación de estos trabajos.

Los temporales han dejado al descubierto en esta playa una línea de carbón que se conservaba debajo de la arena. Diego Ponce afirmó que antiguamente el pequeño puerto de Cala Salada era utilizado para transportar carbón vegetal en barco. Para ello se quemaba la leña enmedio de la playa y éstos son los restos que ahora han quedado a la vista.