Los distintos niveles de protección establecidos en la superficie que ocupa la Reserva Marina de es Freus de Eivissa y Formentera han permitido el aumento de los recursos marinos registrados en esa zona desde su creación, hace casi una década. El coordinador de las reservas marinas de Balears, dependiente de la conselleria de Agricultura y Pesca, Oliver Navarro, detalla que en la zona de la reserva integral (al este de s´Espardell) la evolución de la biomasa, que es el total de los seres que viven en este lugar, expresada en peso por unidad de área o de volumen, ha pasado de 79,2 kilogramos por hectárea en el año 2000 a 209,7 kilogramos por hectárea en 2009.

Los estudios realizados en la última década permiten establecer la velocidad de recuperación y sacar conclusiones: «Al cabo de cuatro años de protección ya se había alcanzado la capacidad de carga de la reserva integral en aguas superficiales», según Oliver, que precisa que los incrementos «fuertes» se dieron entre los años 2000 y 2003, mientras que desde entonces hasta el pasado año «los recursos se han mantenido muy estables».

En cambio, la zona parcialmente protegida responde «de forma más heterogénea» con áreas marinas que se han recuperado «de forma significativa» y otras que oscilan «mucho entre diferentes años, alrededor de una media muy estable». La prueba más evidente de la recuperación de la biomasa se puede extrapolar a que «seis especies consideradas como amenazadas o casi amenazadas» se hayan recuperado. Son el mero, la corva, el merlo, el bodión verde, el cabracho y el raor.

Los estudios de la dirección general de Pesca apuntan a que en «las zonas parcialmente protegidas» (donde se permite la pesca con volantín, caña, curricán y con las artes menores de las flotas insulares pero donde la pesca submarina está prohibida desde 1999), se registra ahora «casi el doble de biomasa que cuando se creó la reserva».

Evolución muy positiva

Oliver Navarro considera que el balance, en cuanto a la presencia de peces en el área protegida, es «muy positivo», así como para la principal especie objeto de pesca sobre fondos arenosos, como es el raor. No obstante, estos resultados no se registran al suroeste de la reserva, a lo largo de Punta Pedrera y Torre Gavina, donde la recuperación de la biomasa no se produce «al ritmo esperado».

El coordinador de las reservas de Balears señala que actualmente no existen datos de evolución de todas las especies y que los registros de base se realizaron en los tres primeros años de vida de la reserva. Navarro añade: «Se necesitaría una nueva inversión para volver a analizar toda la biodiversidad de algas e invertebrados» que viven es este espacio marino ya que no existen referencias.

En cambio, la dirección general de Pesca cuenta con datos de la presencia de peces de interés comercial. «La diversidad de estas especies es mayor ahora que cuando se creó la reserva». También ha observado que las especies carnívoras han aumentado porcentualmente sobre las omnívoras «recobrando un equilibrio más natural, más parecido al mar que conocieron nuestros abuelos», opina Navarro.

La Reserva Marina cuenta con tres vigilantes (uno en Eivissa y dos en Formentera), con los que colaboran estrechamente los departamentos de inspección de Pesca del Consell de Eivissa y del de Formentera. El pasado año fueron incoadas nueve actas de denuncia.