«No puedo comer a estas horas y voy a explotar». Así se pronunciaba, en tono de broma, el presidente del Consell, Xico Tarrés, apenas 15 minutos después de que la sexta edición de la Trobada de Pobles abriera sus puertas, a las 11 horas, y tras pasar sólo por siete de los 31 estands de la muestra. Tarrés reconocía que había desayunado, pero no despreció casi ninguno de los productos gastronómicos típicos que, regados con rebujito, vino té y otros licores, ofrecían las asociaciones de ciudadanos extranjeros y las casas regionales en el Recinto Ferial para mostrar algunas de las señas de identidad de sus lugares de origen.

En el estand de la Comunidad Valenciana no podía faltar la horchata ni el agua de valencia e incluso los chupitos de mistela. Más acorde a esa hora de la mañana, los visitantes podían probar los zumos de hierbas naturales (bisam) o de pulpa de la fruta del baobab (tajmajt) que daba a probar la Asociación de Mauritanos, cuyo presidente, Cheikh Mohamed, ataviado con la diarra, la túnica tradicional de este país, recomendaba encarecidamente. Sobre la oferta gastronómica de este país africano destacaba el arroz con pescado, una versión mauritana de la paella de pescado, que, en un principio, casi nadie se atrevía a degustar pero que casi con toda seguridad voló a la hora de la comida.

Tarrés encabezó la comitiva de políticos, entre los que estaban la consellera de Política Social, Patricia Abascal, el presidente del PP de Ibiza, Miquel Jerez, la consellera del PP Carmen Domínguez y el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, entre otros. Casi todos ellos aprovecharon su paso por el puesto de la Asociación Marroquí para llevarse un pequeño cartel de cartulina con su nombre escrito en árabe.

El presidente destacó que todos los estands montados, entre los que se reservó un espacio para exhibir una representación de los artesanos de la isla, reflejan lo que es actualmente «el pueblo de Ibiza». «Aquí está el pueblo que tenemos, nos guste o no. Creo que está bien que todos nos conozcamos», dijo Tarrés, al tiempo que recordó que «el nexo que une a todo el mundo, procedan de donde procedan, es Ibiza».

La Asociación Cultural de Residentes Chilenos, constituida hace tres años y de la que participan unas 60 personas, también repartía algunos productos típicos, como los sopaipillos, una especie de masa de calabacín, o empanadas que se podían degustar con pebre, una salsa picante típica. La presidenta de este colectivo, Flora Bavz, explicó que los seísmos que han azotado a este país no han afectado a las familias de ninguno de sus compatriotas residentes en Ibiza. Anunció que en abril esta asociación organizará una fiesta en la discoteca Privilege para recaudar algunos fondos que ayuden, al menos, a reconstruir alguna casa.

Durante todo el día hubo actuaciones musicales, incluido ball pagès. Una de las atracciones de la Trobada de Pobles fue el juego de la rana instalado en la Casa de Cantabria. Su presidente, Gabino Canales, explicó que en todos los bares de esta comunidad existe uno de estos juegos (consiste en lanzar unas fichas e intentar introducirlas en la boca del batracio) y que todos los cántabros se han criado perfeccionando su puntería para que sea otro el que pase por caja y pague la ronda.