El tornavoz que Antoni Gaudí creó para la Catedral de Palma regresa al mismo lugar que ocupó entre 1904 y 1971: arrimado a la columna del trono del Evangelio, desde donde se predica o se canta la palabra de Dios. La réplica de la pieza elaborada por el arquitecto ibicenco Elías Torres, que ya en su día era una maqueta, será puesta a prueba en un acto de inauguración que tendrá lugar mañana a las 19 horas en la misma Seu. La soprano Margalida Mateu, cuya voz amplificará el dispositivo, interpretará el ´Ave María´ de Franz Schubert y el ´Cant dels ocells´. Aderezará el organista catedralicio Bartomeu Veny.

30.000 euros

El presidente del Cabildo, Joan Darder, visualizó la maqueta original de Gaudí, «de chapa y tela, más grande que el otro tornavoz que hay en la Seu, en el trono pequeño, donde se representa el sacrificio de Abraham a Isaac». El conseller de Obras Públicas y Vivienda del Govern, Jaume Carbonero, cuyo departamento ha sufragado el proyecto con casi 30.000 euros, incidió en que el tornavoz no es sólo un elemento ornamental, sino que tiene una función específica: ampliar la voz y hacer que se escuche hasta el final del templo. Analizó también el impacto que causa la colocación del dispositivo: «Con la pieza de nuevo en la Catedral, el espacio no es el mismo, se reparte de manera distinta. Hay todo un cambio de proporciones y elementos. Cuando el tornavoz vuelva a quitarse, veremos cómo habla el vacío que deja», indicó, refiriéndose al hecho de que el tornavoz quedará en exposición en la Catedral hasta el próximo 1 de octubre.

El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, evocó el día en que se inauguró el tornavoz: el 8 de diciembre de 1904, «día en que se juntaron dos genios bajo un mismo techo: Gaudí y otro arquitecto, en este caso de la palabra: Miquel Costa i Llobera, quien pronunció el sermón».

Elías Torres, quien aportará mañana en la inauguración más detalles sobre la pieza junto a la catedrática de Historia del Arte de la universidad balear Catalina Cantarellas, recaló en los orígenes de la recuperación del tornavoz. «La idea surgió a raíz de una exposición de los dibujos sobre los viajes de Le Corbusier en Mallorca que se montó el año pasado en el Col·legi d´Arquitectes de Balears, entidad también implicada en el proyecto», apuntó. Torres se puso a trabajar sobre estos bocetos y varias fotografías conservadas sobre el original. «El que hemos hecho mide ocho metros. Es de madera y poliestireno. La base es tejido de yute. Y luego se ha forrado de yeso. En nuestro caso hemos separado el tornavoz de la columna del trono, pues Gaudí lo colocó enganchado a ella. Para conseguirlo, hemos deformado la parte de atrás del esclata-sang -nombre que recibía el objeto- para que quedara aislado como una flor», observó. En cuanto a la contextualización de la pieza, opinó que es «perfecta», pues las formas curvas del tornavoz emulan las bóvedas de la Seu. El equipo de Torres salpicó de pintura roja la base del «mueble», ofrecido para que se expusiera o incluso pudiera construirse uno similar en la Sagrada Familia, «a modo de homenaje a Josep Maria Jujol», quien intervino en la Catedral junto a Gaudí.