Una familia de políticos

«Empecé en política en 1965 ó 1966 como concejal del Ayuntamiento de Vila»

«Pertenezco a una familia en la que ha habido bastantes políticos, tanto por línea materna como paterna. Bartolomé Vicente Ramón era mi bisabuelo, el abuelo de mi madre, hijo ilustre de la ciudad. Bartolomé Roselló también era pariente mío, primo hermano de mi abuelo Enrique Fajarnés y Tur. Mi primo hermano Adolfo Villalonga Fajarnés fue alcalde de Ibiza. El actual diputado Enrique Fajarnés, hijo de un primo hermano mío. El abuelo de mi padre, Federico Lavilla. Incluso la actual delegada del Gobierno, que ha sido también consellera, Sofía Hernanz Costa, hija de una prima.

Empecé en política como concejal del Ayuntamiento de Ibiza, en 1965 ó 1966, no me acuerdo bien, en unas elecciones del tercio de cabezas familia. Había dos o tres candidaturas, en una de ellas estábamos Ernesto des Coc y yo, y ganamos, por poco, pero ganamos. Estaba de alcalde Mario Tur de Montis, que tenía gran autoridad moral, por su carácter, por la familia a la que pertenecía, por ser profesor, etcétera.

Tuvimos el apoyo de los miembros de la Cámara de Comercio y del Fomento de Turismo, que veían con buenos ojos que yo, secretario de ambas sociedades, estuviera en el Ayuntamiento. Fui concejal y a los cuatro años cesé y volví a presentarme por el llamado tercio de corporaciones. Estaba Abel Matutes de alcalde. Entre uno y otro había estado también de alcalde Juan Verdera. Surgió el problema del Hotel Insula Augusta en 1971, al que ya me he referido, y Abel Matutes cesó. Me llamó entonces el delegado del Gobierno para decirme que yo tenía que ser el alcalde».

Alcalde de ibiza

«Durante mi mandato firmé con los militares la devolución del Castillo»

«Fui alcalde entre 1971 y 1974. Recuerdo que había 29 millones de pesetas de presupuesto. Tenía cierta experiencia porque había sido teniente de alcalde con Mario, con Juan y con Abel, así que algo conocía de la organización de la casa.

Mi primer problema era conseguir ganarme a algunos concejales, que tal vez creían que iban a ser ellos los alcaldes, y sobre los que Matutes tenía bastante autoridad. Abrí las puertas de la alcaldía a todos los concejales para que pudieran entrar cuando quisieran y se sintieran coresponsables de lo que hacíamos. Las puertas de la alcaldía y todas las demás, para que los concejales supieran todo lo que allí se hacía, pues antes no era así.

Durante mi mandato, firmé el pacto con los militares, iniciado muchos años antes, para conseguir que el Castillo, Blanca Dona y la zona de los Molinos pasaran a ser de propiedad municipal. Aunque con la oposición de algún concejal, por no estar de acuerdo con la contraprestación –sa Coma–. Había quienes decían que había que esperar, que al final lo conseguiríamos todo gratuitamente, pero yo decidí no esperar más, pues aquello tenía pinta de eternizarse. Me pareció que la contraprestación era correcta y todos los concejales menos uno estuvieron de acuerdo. Muy pronto se vio que unos terrenos como los de Blanca Dona iban a ser muy útiles para la ciudad, con equipamientos educativos y zona industrial.

Sobre el Castillo ya pensábamos entonces que lo mejor era hacer un parador y ahora me alegro, por nuestro prestigio turístico, de que por fin lo vaya a ser. También me ocupé de peatonalizar algunas zonas de la ciudad, como la calle Garijo, para que hubiera mercadillos, la plaza de San Telmo. Hay que tener en cuenta que en aquellos años no existían excursiones turísticas en la ciudad, se suponía que no había nada que atrajera a los turistas que residían en Sant Antoni o en otros lugares, y apenas venía nadie»

Democracia

«Fui candidato por primera vez en las primeras elecciones autonómicas»

«Con la democracia regresé a la política con el partido de la Democracia Cristiana, que poco después se integró en UCD para presentarse a las primeras elecciones. Recuerdo el mitin del Pereyra, lleno a rebosar, en el que nos presentamos una serie de partidos bajo el nombre de S´Unió, según creo recordar. Nos comprometimos todos los partidos de centro y derecha a presentar un candidato único al Congreso (Matutes) y otro al Senado (Llobet). Pero aquella unidad duró muy poco y antes de celebrarse las elecciones ya se había disuelto, básicamente porque Fraga cambió de opinión y estrategia, incumpliendo lo que habíamos pactado y proponiendo unas nuevas condiciones que los demás no podíamos aceptar. En estas elecciones generales yo no era candidato, aunque sí presidente de UCD.

Fui candidato por primera vez en las primeras elecciones autonómicas. Las ganó el partido de Cosme Vidal, un partido independiente aunque apoyado por Matutes, y UCD quedó en segundo lugar. Así que me convertí en jefe de la oposición del primer Consell de Ibiza y Formentera. Debo reconocer que Cosme Vidal se dedicó enteramente al Consell, fue un presidente excepcional. En un terreno desconocido supo encauzar muy bien aquel proyecto nuevo. Yo duré poco allí, sólo estuve dos años. Dimití porque estaba convencido de que era necesaria la paridad para el Consell Interinsular, pero no lo conseguí, ni siquiera los de mi propio partido en Mallorca me apoyaron.

Yo creía en la paridad, creía que era lo mejor para Ibiza y Formentera. También Cosme lo creía, pero en la creación del Estatut sólo pintaban el PSOE y UCD. Ahora veo que estaba equivocado. Con el tiempo he comprendido que tenían razón, que los que votan son las personas, no los territorios. Pero entonces pensaba de aquella manera y mi postura me llevó incluso a dimitir como conseller. UCD me ´invitó´ también a dejar el partido. Y me fui.

Poco después se disuelve UCD y vuelve a aparecer el Partido Demócrata Cristiano, liderado por Óscar Alzaga. Acepté entusiasmado la propuesta de crear este partido en Ibiza. En las siguientes elecciones, las de 1982, pactamos con Alianza Popular y fui elegido candidato al Senado. Y gané las elecciones por abrumadora mayoría».

Senador y diputado

«Fui ponente y portavoz en las discusiones de los estatutos de Balears y de Extremadura»

«En el grupo popular del Senado tuve algunas responsabilidades importantes, como la de ser ponente y portavoz en la discusión de los estatutos de Balears y Extremadura. Fueron muy agradables las reuniones que tuve con Félix Pons, a quien siempre he admirado, y con otros políticos menorquines y mallorquines hasta llegar a una aprobación general. Se logró un estatuto que era mejorable, pero consensuado mayoritariamente.

Otra cosa importante para mí, muy especial, es que por primera vez en la democracia se constituyó una comisión para la investigación sobre el tráfico y el consumo de drogas. Tuve la desgracia de conocer muy de cerca este tema y, por tanto, me eligieron ponente.

Acudí a muchas reuniones, incluso, en representación del Senado, fuera de España, a Estados Unidos, por ejemplo, a donde fuimos a aprender cómo solucionar los problemas que se nos presentaban. Nos reunimos en Washington con los senadores de la comisión del mismo asunto... Al final llegamos a un acuerdo unánime respecto a un texto de la comisión, que también fue aprobado por el Senado unánimemente.

Es cierto que en el Senado no es fácil conseguir cosas para Ibiza y Formentera. Pero no es completamente inútil. Recuerdo que venían a verme muchas personas, a veces incluso para pedirme cosas personales... Siempre lo intenté. Recuerdo un caso relacionado con Ibiza que hasta propuse llevarlo al Tribunal Constitucional. El partido no quería, porque estaba cansado de perder allí siempre que presentaba algo, pero entonces Fraga me apoyó, dijo que si alguien presentaba un recurso con tanta convicción como lo presentaba yo el partido no podía negarse. Y lo presentamos. Y perdimos...

Después de cuatro años en el Senado, fui candidato al Congreso por el Partido Popular en las elecciones de 1986. Allí estuve 8 años, es decir, dos legislaturas. Para un político, claro, el Congreso es muy interesante. Recuerdo a mi primer compañero de escaño, Mariano Rajoy, que llegaba también por primera vez al Congreso, como yo, pero también con experiencia política previa. Desde entonces hemos tenido una gran amistad y ha estado algunas veces aquí, en mi casa.

Fueron años difíciles también para el Partido Popular, con cambios en la dirección. Con la mayoría absoluta del PSOE era difícil sacar adelante propuestas y proyectos. Pero esto no impedía que trabajáramos mucho y que presentáramos propuestas para que al menos quedara constancia de ellas. A Aznar lo conocí en los años 80, siendo yo senador y cuando él era el coordinador del partido en temas de estatutos. También fui miembro de la comisión del partido en temas de turismo, aunque no su portavoz.

Como diputado tuve cierto protagonismo en la Comisión de Hacienda. Había un presidente socialista, claro, y luego dos secretarios, uno de los cuales era yo. Llevaba todos los temas de Hacienda y Economía. En el partido Rodrigo Rato era el responsable del área. Me reunía con él con frecuencia.

Entre los parlamentarios con los que coincidí en el Congreso me gusta destacar a Josep Borrell y Ernest Lluch, entre los socialistas. Siempre me parecieron buenos políticos. Y de mi grupo a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, aunque después dejó el partido y ha estado haciéndonos la puñeta todo lo que ha podido, Rudi, que luego fue presidenta del Congreso, y Rodrigo Rato.

He disfrutado mucho con la política, muchísimo. Creo que hoy los políticos no son ni mejor ni peor que antes. También en Ibiza y Balears. Lo de la corrupción, sin embargo, es terrible. Nunca ha habido tanta corrupción como ahora. No me alegro de ninguna y me avergüenzo de toda la que hayan sido autores personas del partido al que pertenezco».