La gestión de un centro educativo es una labor que va más allá de procesos académicos. Es una tarea en la que se necesita la implicación de toda la comunidad escolar. Hace falta revisar el escenario, la realidad actual de las escuelas e institutos, y también las prácticas que se llevan a cabo, pero, además, es necesario empezar a tomar iniciativas, evitando los cambios radicales, los inicios desde cero y dando siempre pequeños pasos, pero seguros.

Este conjunto de premisas resume lo que Serafí Antúnez, catedrático de Didáctica de la Universitat de Barcelona, expuso ayer ante unos 150 profesores de Ibiza. Su charla, titulada ´La gestión del centro educativo en los nuevos escenarios escolares´, inauguró anoche en el Club Diario de Ibiza un ciclo organizado por la Asociación Pitiusa para la Renovación Pedagógica que se prolongará hasta finales de abril.

Antúnez quiso recordar que en un centro educativo hay actividades académicas pero también de administración (de dinero y documentación), de gobierno (y relaciones con los miembros de la comunidad escolar y con el entorno exterior al centro) y de servicios (de transporte, comedor, etc). A su entender es un error considerar la gestión del centro como una labor exclusiva del equipo directivo o simplemente identificarla con los trabajos de administración, ya que el catedrático defiende que la gestión afecta a todas las áreas de actividad del centro y hay que procurar implicar a todas las personas relacionadas con la comunidad escolar (padres, representantes municipales o inspectores) haciéndoles partícipes de problemas y labores que les afecten directamente.

Antúnez apuesta por que las autoridades educativas lleven a cabo un «acto de fe» y concedan mayor autonomía a los centros, de manera que éstos no se limiten a adoptar las indicaciones recibidas sino que sepan adaptarlas.

«En primer lugar hay que mantener las buenas prácticas, después corregir lo que no funciona y, por último, innovar», señaló el conferenciante, aconsejando además «estar atentos a los indicios, prever y no tener una actuación reactiva». «Debe haber redes institucionales de colaboración, la abnegación y la buena voluntad no bastan, se ha de contar con los conocimientos que puedan aportar otros», explicó tras resaltar que es «un requisito imprescindible» que haya un equipo directivo «fuerte y cohesionado». A los equipos directivos y a las autoridades educativas les exigió «coherencia» y que prediquen siempre con el ejemplo.