Desde hace casi dos años, la Biblioteca Pública Insular d´Ibiza, ubicada en el edificio polivalente de Cas Serres, ofrece a sus lectores una curiosa oferta. Se trata de recuperar, cada quince días, diez libros que habitualmente se encuentran en el depósito –fuera de la vista de los lectores pero igualmente disponibles para su préstamo– con el fin de exponerlos y, por supuesto, prestarlos a quienes los deseen. Es una forma de llamar la atención sobre estos libros que, por razones de espacio, duermen tranquilos en los sótanos de la biblioteca, y supone simplemente una nueva invitación a su lectura.

Los problemas de espacio son en esta biblioteca pública, como es sabido, bastante serios. Casi el 70 por ciento de sus libros se encuentra fuera del alcance de la vista de los lectores. El criterio que se sigue para mantener a unos en la sala de lectura o enviar a otros al depósito tienen que ver sobre todo con la novedad. «Obviamente –comenta José Garibo, responsable de la biblioteca– el lugar de los que vamos adquiriendo es la sala de lectura y esto significa que otros van entonces directamente al depósito».

Unos entran y otros se guardan, aunque todos están, por supuesto, disponibles para su lectura y préstamo. «Aquellos que están a la vista –prosigue Garibo– siempre tienen más lectores, y por este motivo nos gusta llamar la atención sobre aquellos que no lo están».

Hay varias maneras de hacerlo. Una de ellas consiste en exponer algunos de estos libros en el escaparate exterior de la biblioteca. Normalmente se trata de exposiciones temáticas, es decir, se escoge un grupo de libros por su tema en común: ya han desfilado por la vitrina libros dedicados al turismo, la novela negra, el audiolibro, el cine, etcétera.

Pero no es ésta la única exposición de libros con la que el lector puede encontrarse habitualmente en esta biblioteca. Se exponen también, ya en su interior, antes de pasar a los estantes de la sala, las adquisiciones más recientes, tanto las locales como las nacionales. Y, por último, esta innovadora experiencia titulada ´10 llibres amagats´.

Los diez libros escogidos quincenalmente para formar parte de esta sección expuesta al público tienen en común su procedencia: el depósito de la biblioteca, ubicado en el sótano. Sin embargo, la antigüedad de estos libros es muy variable: los hay adquiridos hace 20 años y otros con fecha mucho más reciente, hace solamente uno o dos años. De lo que se trata es de rescatarlos para mostrarlos de nuevo: una nueva invitación a su lectura.

El criterio para su elección es libre: «Sabría decir –afirma José Garibo–, por su temática, cuál de mis compañeras los ha escogido. A Rosa le gusta escoger libros relacionados con la naturaleza, los trabajos manuales y de tema ibicenco. A Rebeca los de temas vinculados a las ciencias sociales, nuevas tecnologías y el mundo de la mujer. Todavía no sé muy bien los gustos de Dolores, porque lleva poco tiempo aquí con nosotros. Y yo prefiero siempre recuperar libros sobre arte y literatura».

Parece entonces que los libros de esta segunda quincena de enero han sido rescatados del olvido por Rebeca. Se encuentra aquí, sobre la pequeña y modesta mesa destinada a su exposición, el libro titulado ´La Casa «otra». La autoconstrucción según el M.I.T.´, un interesante trabajo sobre arquitectura alternativa publicado por la editorial Gustavo Gili. Junto a este libro, un manual para aprender a restaurar fotografías antiguas y negativos estropeados a través de técnicas digitales: ´CTEIN. Restauración digital de fotografías´.

La tecnología digital y su función social están presentes también en otros dos libros seleccionados: ´Socied@d digit@l: del homo sapiens al homo digitalis´, de José B. Terceiro y ´Serveis i servituds digitals: les eines tecnològiques de la vida quotidiana´, de Josep Lluís Micó y Pere Masip. El primero es un ensayo sobre la revolución de los ´hipermedia´ y sobre sus efectos en la sociedad del futuro. El segundo es una indagación en los cambios de percepción del mundo desde la llegada del ordenador, las videoconsolas, los teléfonos móviles, los MP3 o las videocámaras.

Un curioso ´Atlas de ecología´, en el que se explican los fundamentos de la ecología y se estudian casos concretos y problemas actuales del medio ambiente, forma parte también de esta especie de Top Ten del mes de enero. Sus autores son Dieter Heinrich y Manfred Hergt. De igual modo, un libro titulado ´Dibujando carteles´, de Iván Tubau, en el que se realiza un sucinto repaso a la historia, la teoría y la práctica del cartelismo publicitario.

Otras curiosidades

La variedad temática suele ser uno de los elementos de estas selecciones, de manera que el proyecto concite el interés del mayor número de lectores y curiosos. ´La cocina del Quijote´, de Cesáreo Fernández Duro y Miguel López Castanier, estudia los pasajes de la novela de Cervantes en los que se habla de temas culinarios y presenta un conjunto de recetas por si alguien se anima a ponerlas en práctica en su propia casa.

No menos curioso y entretenido es el libro titulado ´Guía de viaje al Nuevo Mundo: el libro que Cristóbal Colón hubiera querido llevar consigo´, de Gianni Guadalupi y Anthony Shugaar, que recopila informaciones de lugares, habitantes y costumbres del Nuevo Mundo a principios del siglo XVI. Ciertamente le hubiera venido muy bien a Colón tener un libro como éste, sólo que entonces, más que de un ´descubridor´, se hablaría de un ejemplar turista. Y de Néstor García Canclini es ´Lectores, espectadores e internautas´, un conjunto de artículos que hablan de los nuevos hábitos culturales de los ciudadanos y de cómo estos se relacionan con los museos, editoriales y medios de comunicación.

De los diez libros seleccionados el más antiguo es ´Argenters i joiers de Catalunya´, de Núria de Dalmases y Daniel Giralt-Miracle, una magnífica historia ilustrada de la orfebrería en Cataluña desde la época medieval hasta los años 80 del siglo XX. Fue publicado en 1985 y adquirido por esta Biblioteca en 1989.

El próximo 1 de febrero todos estos libros regresarán al sótano del que salieron. Continuarán en el catálogo y podrán ser, como hasta ahora, consultados en la sala y en préstamo, pero probablemente no vuelvan a salir a la luz, salvo que algún día esta biblioteca disponga de un espacio mucho más amplio. Por otra parte, tal vez alguno de ellos corra peor suerte: la expurgación.

«Lo recomendable es que, en una biblioteca de estas características, salgan tantos libros como vayan entrando –afirma José Garibo–, aunque en la práctica no es posible. A la expurgación llegan aquellos libros que se han vuelto obsoletos por su contenido. Suelen ser libros de Derecho, Economía o técnicos en general, que se ven superados por nuevas ediciones actualizadas».

En estos casos, en primer lugar se publica un listado con los libros, que permanece 30 días expuesto al público por si alguien desea llevárselos gratuitamente. También se ofrecen a otras bibliotecas. Y tras este proceso, aquellos que no han encontrado nueva ubicación son definitivamente eliminados.