El Institut d´Estudis Eivissencs envió al centro de la Unesco en París, en junio de 2009, un escrito firmado por su presidente, Marià Serra, en el que expone los motivos que «podrían justificar la inclusión de Ibiza, Biodiversidad y Cultura en la Lista de Patrimonios de la Humanidad en Peligro». Esta lista supone a menudo el estadio previo a la anulación de esta distinción de la Unesco.

La carta fue dada a conocer ayer por la alcaldesa de Vila, Lurdes Costa: «Su objetivo es que nos quiten el Patrimonio de la Humanidad», aseguró. Costa criticó con dureza a Marià Serra y dijo que «la mayoría de socios del Institut no conocían esta actuación», que calificó de «dolorosa y desleal», además de ser «la nota más negra y oscura de estos tres días» que duraron las inspecciones de la Unesco. «Se les ha ido la mano; se han excedido», afirmó la alcaldesa, que lamentó que, a diferencia del GEN, el Institut nunca hubiera hecho públicas sus denuncias ante la Unesco.

Preguntado por este periódico, Marià Serra negó ayer que hubiera solicitado la inscripción de Ibiza en la lista roja de la Unesco. «Decir que hemos pedido esto es mentira. Lurdes Costa no puede decir esto, porque no lo hemos pedido, y le rogaré que se abstenga de decir cosas así», señaló.

No obstante, la carta afirma, ya desde su segundo párrafo: «Creemos que los siguientes hechos y circunstancias son relevantes para la posible inscripción de Ibiza, Biodiversidad y Cultura en la Lista el Patrimonio Mundial en peligro». Tras exponer numerosos argumentos, el texto concluye: «Creemos que la amenaza a la integridad y autenticidad de los bienes inscritos en 1999 puede justificar la inclusión de Ibiza Biodiversidad y Cultura en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro».