Un tornado, que desde el Centro Meteorológico calificaron de moderado, arrasó el jueves por la noche la zona limítrofe de los municipios de Sant Josep y Sant Antoni, causando innumerables daños materiales en viviendas, árboles y el tendido eléctrico y telefónico, principalmente. No obstante, a pesar de que pasó por una zona turística altamente poblada, no provocó daños personales, según las fuentes consultadas.

Eran aproximadamente las 21,30 horas cuando, en escasos minutos, el tornado entró en la isla por la playa de s´Estanyol y recorrió varios kilómetros tierra adentro, hasta llegar a la zona de los apartamentos sa Serra, en el término municipal de Sant Antoni, donde se perdió su rastro.

Desde su entrada en tierra procedente del mar, arrasó numerosos árboles, jardines, vallas, paredes, postes de luz y teléfono, placas solares, antenas parabólicas, techos de uralita, tejados, azoteas, cristales y todo tipo de elementos que encontró a su paso.

Estos daños dejaron sin suministro eléctrico a numeros vecinos que ayer se mostraron agradecidos a los técnicos de Gesa, que trabajaron durante toda la noche para reparar las averías y devolver la luz lo antes posible.

En el municipio de Sant Josep, los daños se concentraron fundamentalmente en las calles Sol Sortint y Álava, en la avenida de es Caló y en la zona de la tienda de comestibles Rocamar –frente al taller de Ford–, donde quedó arrasada una pineda y cinco de estos ejemplares invadieron la carretera de Sant Josep a Sant Antoni, lo que provocó el corte del tráfico en esta vía durante dos horas.

También en la avenida de es Caló, entre la playa es Pouet y s´Estanyol, la invasión de la vía pública por parte de grandes pinos caídos causó el corte de la circulación hasta ayer a mediodía. Mientras tanto, efectivos del Parque Insular de Bomberos y Protección Civil y personas de la escuela taller municipal Es Romaní trabajaron cortando los árboles que, partidos, eran trasladados con camiones de Herbusa a un solar municipal en Cala de Bou.

El concejal del equipo de gobierno de Sant Josep encargado de esta zona, Ángel Luis Guerrero, señaló que se había amontonado gran cantidad de leña, por lo que el Ayuntamiento permitirá a los vecinos interesados que se la lleven.

En Sant Antoni, por su parte, se vio especialmente afectada la calle Castellón, donde se derrumbaron numerosos pinos y vallas y algunas viviendas resultaron parcialmente dañadas, dos de ellas situadas junto al taller de la Ford.

«Un ruido horroroso»

Un vecino de la zona, Pep Micolau, que vive a escasos metros de la pineda arrasada, confesó que sobre las 21,30 horas, cuando pasó el tornado, él y su mujer tuvieron tanto miedo que creían que llegaba «el fin del mundo». «Sentimos un ruido horroroso de los árboles que iban cayendo, se fue la luz, se cortó el teléfono y no sabíamos si la casa se había derrumbado. Fueron unos pocos minutos, pero la sensación fue horrible», comentó, sin dejar de agradecer al destino que su casa no haya sufrido ningún desperfecto y los daños se reduzcan a árboles caídos en su parcela.

Al otro lado de la carretera, en la localidad de Sant Antoni, está una de las viviendas más afectadas, Casa Angelina, propiedad de Paco Verdugo, conocido barbero ya retirado, que afortunadamente no se encontraba en casa en aquel momento. La fuerza del tornado derrumbó las vallas de su jardín, una pérgola situada enfrente de la casa y varios árboles. Además, reventó la puerta exterior de la vivienda e hizo volar el techo que cubría la escalera. Sobre el tejado, se derrumbó la chimenea y una caseta para guardar las máquinas del aire acondicionado.

La casa vecina, Villa María Cristina, junto al taller de Ford, resultó menos dañada, aunque sus propietarios han perdido varios árboles de su jardín y algunas de sus vallas están derrumbadas. Allí vive María Dolores Márquez, quien aseguró que «había vuelto a nacer», ya que llegó a su casa y menos de un minuto después delante de su vivienda cayeron hasta cinco pinos sobre la carretera. «Jamás he pasado tanto miedo. Y estuvimos sin luz hasta la madrugada. Ha sido una noche muy mala», relató la madre de Dolores.

En dirección hacia los apartamentos Sa Serra, otras viviendas sufrieron daños en los jardines, vallas y partes de las casas. Es el caso de Mi Casita, en la calle Mussols, propiedad de la familia Botella. Siete árboles, la mayoría sabinas, se cayeron de raíz, una de ellas encima de un coche, destrozándolo en su parte frontal, y el tejado de la casa sufrió desperfectos.

Más allá de los apartamentos Sa Serra, aunque muy cerca de allí, tras derrumbar una valla de jardín de unos 50 metros, en un pequeño bosque se pierde el rastro del tornado.

Daños en hoteles

En la zona de es Pouet el tornado dañó las voladuras de algunas tiendas de souvenirs y pasó por lo alto del hotel Ibiza Mar, de la cadena THB (Turismo Hoteles Baleares), ya cerrado. Causó destrozos en su jardinería, rótulos, partes de la azotea y la rotura de numerosos cristales. En una de las habitaciones la fuerza del viento rompió los cristales de la ventana, que quedaron esparcidos.

Muy cerca de este hotel está el Bergantín, donde se alojan turistas de la tercera edad que vivieron muy de cerca el fenómeno y vieron volar sillas a varios metros de altura, pero ninguno quedó afectado, según manifestaron vecinos del lugar.