Once policías locales de Ibiza (ocho de la comisaría de Sant Antoni y tres de la de Sant Joan) estrenaron ayer el ´drogotest´ —un artilugio capaz de detectar hasta seis estupefacientes distintos— en los diversos controles de alcohol y drogas realizados ayer en distintos puntos de la isla. En la primera prueba, que comenzó a medianoche en la rotonda de Sa Tanca (en Sant Antoni), ocho conductores se sometieron, de forma voluntaria, al aparato detector de drogas. «No es obligatorio someterse a esta prueba, pero en el caso de que alguien se niegue, sí que debe venir con nosotros al hospital para que allí se le realice el tipo de análisis que el médico considere pertinente. Lo normal es que el conductor acceda a realizar la prueba», puntualizó Pep Alemany, técnico de la conselleria de Seguridad Pública del Govern.

Quince minutos antes de la medianoche del jueves los policías, que utilizarían por primera vez el ´drogotest´ en la isla, comenzaron su trabajo. El lugar escogido para el primer control fue la rotonda de Sa Tanca. Como una prueba habitual, se cortó uno de los carriles de acceso a la carretera con dirección a Santa Agnès para que fuera ocupado por los vehículos de los conductores que posteriormente se someterían al control. «La noche de hoy servirá para que los policías aprendamos a actuar según lo establecido en el Protocolo aprobado recientemente por el Consell Pitiús de Seguretat [y avalado por la Fiscalía de Seguridad de Balears]», contó Javier Vergudo, Jefe de la Policía Local de Sant Antoni.

A las doce en punto empezó el control. Los agentes se dividieron en tres grupos: El primero se encargaba del «filtro previo», es decir, de detener a los coches o motos. El segundo, de vigilar los vehículos y el último, de realizar las pruebas. El procedimiento del control de drogas era el siguiente: Al conductor del vehículo retenido un agente le informaba del tipo de prueba al que se le iba a someter y se le entregaba un acta de sometimiento de detección de sustancias estupefacientes. Después, otro policía explicaba cómo se realizaría la prueba, para la que era necesaria un ´kit de colección de saliva´. «Este kit, que viene en un sobre sellado, contiene un colector con un algodón y un reactivo con un líquido. El colector es lo que el individuo tiene que introducirse en la boca para impregnar de saliva dicho algodón», explicó Alemany.

A la espera de los resultados

Al cabo de unos minutos, el conductor debía entregar el colector con el algodón empapado para que uno de los policías lo colocara en uno de los dos compartimientos del ´drogotest´. En el otro, se introducía el reactivo. Conductores y policías debían esperar entre diez y quince minutos para los resultados, plasmados en un ticket que se obtenía de una impresora conectado por infrarrojos al artilugio detector de drogas.

J.B. fue uno de los primeros conductores al que se le realizó esta prueba. «Había oído hablar de esta máquina, pero no sabía que ya se utilizaba. La iniciativa está bien, pero creo que debería haber comenzado antes y no al final del verano», expresó este joven de Jesús (Santa Eulària) mientras esperaba para conocer los resultados del ´drogotest´. «La verdad es que el sabor del algodón es bastante desagradable, podrían ponerle algún sabor», bromeó. Después de casi quince minutos, uno de los agentes le comunicaba a J.B. que podía marcharse, ya que había dado negativo en cocaína, opiáceos, benzodiacepinas, tetrahidrocannabinol, anfetaminas y metaanfetaminas, las seis sustancias que detecta el ´drogotest´. «El ´drogotest´, a diferencia del alcoholímetro, sólo señala la presencia o ausencia de estas sustancias», señaló Alemany. «Esta analítica de saliva no es definitiva para multar o penalizar a alguien.

Nuestra legislación no lo contempla, por esta razón los resultados de esta máquina deben contrastarse con los análisis realizados en un hospital», puntualizó el técnico de Seguridad del Govern.

Tras dos horas de control en Sant Antoni, los agentes ya habían realizado ocho pruebas de drogas y de alcohol. Pero la noche todavía no había terminado. «Tenemos que realizar más en Sant Joan y Santa Eulària», afirmó Verdugo, después de informar a sus compañeros de que el primer control había terminado.