El obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, ha decretado la «introducción de un proceso de canonización, por declaración de martirio», de los 21 sacerdotes que fueron asesinados en Ibiza y Formentera desde el 7 de agosto hasta el 13 de septiembre, periodo en el que las islas fueron gobernadas por leales a la República tras recuperarlas de manos de tropas que apoyaron el golpe de Estado del 18 de julio. La apertura de la causa de canonización «por declaración de martirio de los siervos de Dios» se inicia «vistos los numerosos escritos de algunos sacerdotes y seglares, y oídos muchos testimonios» que lo solicitan, según un decreto del obispo de Ibiza del 23 de noviembre de 2008 publicado en el último Boletín Oficial del Obispado, correspondiente al pasado año.

Esos 21 religiosos, según se alega en el decreto, fueron «inmolados por odio a la fe» durante «la persecución religiosa de 1936 en diferentes lugares del territorio de la Diócesis de Ibiza».

Mediante el decreto, el obispo ya ha nombrado un Tribunal Diocesano y una Comisión de peritos en Historia y Archivística que deberán recoger y analizar las «pruebas testificales de los Siervos de Dios que se juzga incluir en el proceso» [de canonización]. El objetivo es reunir todas las pruebas posibles antes de que «desaparezcan las personas que puedan atestiguar».

18 fallecidos en el Castillo

De los 21 sacerdotes incluidos en la lista para el proceso de canonización, la mayoría, 18, fallecieron la noche del 13 de septiembre, cuando milicianos republicanos entraron en la prisión del Castillo de Ibiza y ametrallaron y echaron bombas de mano sobre la masa de presos allí hacinada, causando la muerte de 94 personas, aproximadamente la mitad de los recluidos. Sólo cuatro sacerdotes que estaban encerrados se salvaron de la masacre del Castillo: uno de ellos, Vicente Ferrer Guasch, consiguió salir con vida incluso tras recibir el tiro de gracia.

Los otros tres religiosos a los que se quiere canonizar fallecieron al comienzo del desembarco de las tropas republicanas en las Pitiusas. El primero, y que encabeza la lista elaborada por el Obispado, fue Juan Torres Torres, ecónomo de la casa parroquial de El Pilar de la Mola, en Formentera, de 24 años y nacido en Ibiza. El historiador José Luis Gordillo recoge en ´Formentera. Historia de una isla´ que Torres, «de escasa vista» y que «bizqueaba», fue asesinado el 7 de agosto «a la orilla del mar» en compañía de Lucas Ramon Costa, sargento de Infantería retirado.

Muerto junto a su padre

Un día más tarde, a las 9 de la mañana, murió Antonio Tur Costa, religioso de 33 años, en la casa parroquial de Sant Carles, de donde era ecónomo, junto a Antonio Tur Clapés, su padre. Antonio Colinas explica en ´Rafael Alberti en Ibiza´ que Tur y otra persona se hicieron fuertes en el recinto religioso mientras el capellán «estaba consagrado a la oración en el altar».

El 10 de agosto de 1936 fallecía Antonio Roig Guasch, sacerdote de 39 años nacido en Santa Eulària y rector de Sant Francesc (Formentera), como consecuencia de «lesiones con arma de fuego por los rojos», según consta en su acta de defunción. Enrique Fajarnés Cardona relató en ´Lo que Ibiza me inspiró´ los últimos momentos de su trágica muerte, sucedida en sa Carrossa (Vila) mientras era escoltado por los republicanos que lo conducían al Castillo: «Los milicianos le compelían a que vitorease la República; pero él, fortalecido ya por el espíritu del martirio, replicaba vitoreando a Cristo Rey. Exasperados los otros, le dispararon los fusiles a mitad de la cuesta. El prisionero no pudo llegar a la cárcel».

Rezando bajo el olivo

Los 18 religiosos restantes fueron masacrados la noche del 13 de septiembre. Entre ellos estaban Miguel Planells Tur (70 años, nacido en Ibiza) y José Tur Benassar (77 años, nacido en Ibiza), ambos canónigos de la catedral; Mariano Escandell Roig (41 años, nacido en Sant Miquel) y Francisco Planells Tur (58 años, nacido en Ibiza), ambos beneficiados de la catedral; José Torres Torres (54 años, nacido en Sant Joan y párroco de Sant Francesc), Antonio Marí Torres (46 años, de Sant Joan, párroco de Sant Ferran), Ignacio Serra Riera (40 años, párroco de Sant Joan), José Riera Bonet (Can Noguera, 61 años, de Sant Miquel), José Ferrer Guasch (49 años, párroco de El Salvador), Antonio Cardona Vingut (Fumeral, párroco de Santa Gertrudis, de 59 años de edad), Joaquín Cirer Sala (60 años, nacido en Ibiza), Antonio Ramon Orvay (ecónomo de Sant Jordi), José Tur Ferrer (27 años, ecónomo de Sant Mateu), José Serra Ribas (25 años, nacido en Cas Torres, ecónomo de Sant Vicent), Mariano Roig Marí (51 años, vicario de Sant Rafel), Miguel Riera Bonet (33 años, vicario de El Salvador, en Vila) y Andrés Tur Tur (vicario de Santa Eulària, de 31 años).

De José Ramon Escandell (párroco de Sant Rafel, 65 años, nacido en Ca na Palleva, Sant Jordi), también muerto en el Castillo, el sacerdote Josep Planells Bonet cuenta que no intentó esconderse cuando fueron a detenerlo los milicianos, que le encontraron rezando bajo uno de los olivos que hay junto a la iglesia de Sant Rafel.