«Pueblo de Benidorm, tal dicha has alcanzado porque tienes como patrón a la Virgen del Sufragio», cantó con voz profunda la voz masculina de la Associació Cultural d´Aljama, de la localidad valenciana de Bétera. Esta agrupación folclórica amenizó los minutos posteriores a la misa que ofició ayer el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, y a la procesión que recorrió después los alrededores del templo de Sant Joan.

La localidad norteña pitiusa celebraba ayer su día grande y lo hizo con una perfecta armonía para los amantes de las tradiciones y los de la modernidad. El pueblo entero y muchos visitantes de todas las procedencias se congregaron junto al templo para disfrutar a mediodía de las actuaciones de los invitados valencianos y de Sa Colla de Labritja, que cerró las actividades matutinas con sus enérgicos bailes y misteriosas y ancestrales músicas.

La bonanza meteorológica, que regaló a Sant Joan unos grados menos de temperatura, permitió a los habitantes del pueblo lucir sus galas más festivas sin tener que sufrir excesivamente por el calor. Especialmente los caballeros, de traje oscuro y corbata, respiraban ayer más holgadamente que en años anteriores. Incluso que en días anteriores, en los que el calor apretaba unas décimas más de lo soportable.

Las autoridades asistentes, no muchas, pudieron también asistir a las celebraciones sin la sensación de agobio que dan los termómetros excesivamente alcistas. El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, desfiló en la procesión con cara de fiesta, junto a una escasa representación del equipo de gobierno del Consell Insular -Patricia Abascal- así como los alcaldes de Sant Josep, Josep Marí Ribas, y de Santa Eulària, Vicent Marí.

De la oposición en la máxima institución ibicenca asistieron también los consellers Cati Palau y José Torres, así como el presidente del Partido Popular en las Pitiüses, José Juan Cardona. Los fieles portaron durante la procesión las imágenes que permanecen en el fresco interior del templo durante el resto del año. Sa Colla de Labritja daba vistosidad y color a la comitiva religiosa, durante cuyo recorrido sonó artesanalmente la campana de la iglesia con su repique más alegre. La plaza de la iglesia lucía también su mejor aspecto, bellamente engalanada con guirnaldas blancas de papel plastificado ante un público que esperaba eso precisamente: los actos más tradicionales, seguidos por todos con la devoción y respeto característicos.

La noche estaba reservada para los más jóvenes con las actuaciones musicales de Iván Doménech y Statuas d Sal.