El equilibrio que muestra Cis Lenaerts en su nueva entrega pictórica no es tan `utópico´ como él pretende en el título de su exposición, que ayer se inauguró en el Club Diario de Ibiza. Al menos, es un equilibrio accesible a todas las personas que buscan en el arte una emoción, un impulso hacia arriba.

La muestra supone una evolución importante respecto de la última de este artista, que se exhibió en la sede pitiusa del Colegio de Arquitectos de Balears. «Dedico seis o siete horas cada día a pintar, como quien va a la oficina, y eso me permite evolucionar más rápidamente», informa el artista, que admite sin ambages el término evolución.

La tridimensionalidad «sin buscar la perspectiva», es una de las características de la nueva colección de cuadros de Lenaerts, capaz de ironizar sobre su propia obra en la serie de tres obras con las que concluye la exposición. Dos columnas de cuadros situadas en paralelo contrastando sus colores con los fondos suponen «una ruptura» con todo lo que puede verse en la muestra.

Además del equilibrio, que se aprecia en la simetría de las obras del artista, Cis Lenaerts muestra en `Equilibrios utópicos´ la «homogeneidad» y la «coherencia del lenguaje» que ha tratado de implantar en su obra. La inauguración de la muestra fue ayer un éxito de asistencia, pero también de críticas unánimemente elogiosas para Cis Lenaerts, que recibía las felicitaciones con su típica humildad.

Rafel Tur Costa y su esposa, Anneliese Wilt, el escultor Adolf Aymat, el también pintor Pedro María Asensio, Marie Antoinette Courtens, María Catalán y otros muchos artistas no quisieron perderse la oportunidad de saludar al protagonista de la velada y, de paso, sin inútiles celos profesionales ni falsas modestias, evaluar sus nuevas producciones, que obtuvieron una unánime y elogiosa aceptación.

`Equilibrio utópico´ permanecerá abierta en el Club Diario de Ibiza hasta el próximo 6 de junio y permite comprobar al público aficionado a la pintura el nuevo paso adelante de Cis Lenaerts, un pintor que no ha conseguido olvidar su profesión de arquitecto, que da mayor solidez y coherencia a sus aventuras pictóricas.