Oigo a una persona que, según dice, siempre ha llamado a Sánchez «Pedro el guapo» y ahora está muy ofendida con la foto de los carteles: «Tiene el pelo que parece que le ha lamido una vaca, la nariz se le ha puesto como de boxeador y la mandíbula es casi patibularia». A raíz de esto miro bien la foto cada vez que la tengo delante. Me parece exagerado sobre todo lo de «mandíbula patibularia», pero es verdad que la foto rompe el equilibrio entre segmentos de la cara, acortando el superior y ensanchando el de la mandíbula, lo que le da un aire de dureza. Encima esa mirada directa y ese posar de frente. ¿Se quiere transmitir una imagen de seguridad, firmeza, determinación?, ¿será entonces que temen que el elector-objetivo lo vea inseguro, débil, indeciso? Desde que puede hacer uno lo que quiera con una imagen no buscamos la mente del fotografiado, sino la del que ha manipulado la foto.