Se veía venir. Conociendo el 'modus operandi' de los dirigentes de la Unión Deportiva Ibiza, la destitución de Toni Amor como entrenador del equipo de Tercera estaba cantada. Una vez que el pasado fin de semana el equipo deportivista se alejó peligrosamente del liderato y, por tanto, de ser campeón y tener una fase de ascenso a Segunda B más favorable, en las oficinas de la entidad de Can Misses empezaron a redactar el finiquito de Amor y de su segundo, Vicente Engonga. Los últimos resultados deportivos del equipo ibicenco fueron el acicate definitivo para echar al técnico, del que se decía también en los mentideros futbolísticos que no gozaba del respaldo de muchos futbolistas por su perfil excesivamente exigente. Amor ha sido el cuarto técnico cesado, en poco más de un año, en el club que preside Amadeo Salvo. La UD Ibiza se empieza a parecer, en este aspecto, al Atlético de Madrid cuando el fallecido Jesús Gil presidía la entidad. Los buenos y veteranos aficionados del fútbol seguro que se acuerdan de que los rojiblancos, en la temporada 1993-94, tuvieron seis entrenadores: Jair Pereira, Cacho Heredia, Emilio Cruz, José Luis Romero, Santos Ovejero y Jorge d'Alessandro. Aquí, en dos campañas ya llevamos cinco: Buti, David Porras, Manel Benavente, Toni Amor y ahora Rufete, que tiene una complicada papeleta. El del Ibiza es un banquillo muy caliente.