Guardo como un tesoro esa noche del verano de 2010 en la que LCD Soundsystem vaciaron al público de Sant Antoni a base de pura emoción eléctrica. También a Pete Doherty bebiendo copa tras copa de vino e intentando acertar con la cuerda adecuada de la guitarra o a los Arctic Monkeys cuando no eran más que unos mocosos derrochando insolencia o a Alex Kapranos y sus Franz Ferdinand comiéndose el escenario. Pero también recuerdo a mis amigos disfrutando de la música, cantando, saltando, bailando. Por eso el anuncio del cierre definitivo de Ibiza Rocks me clava una espina en el alma. Porque pese a la deriva más electrónica y rapera -con todos los respetos pero con menos afición personal- que había tenido en los últimos años y a la rebaja en la calidad de los carteles, siempre había una o dos o tres fechas a lo largo del verano que apuntarse en la agenda. Entiendo que los vecinos se quejen por el ruido -pese a que los conciertos cada vez acababan antes y nunca después de la medianoche-, las denuncias y las razones que esgrime el organizador del ciclo para enterrarlo, pero no quería hablar de eso. Solo quería decir que gracias a Ibiza Rocks LCD Soundsystem y Franz Ferdinand y Arctic Monkeys y Kaiser Chiefs y Kasabian y Libertines y Jake Bugg y MGMT y Vampire Weekend y Soulwax y Keane y The Prodigy y Two Door Cinema Club y New Order y Happy Mondays y The Vaccines... y muchos otros, pisaron un escenario en Ibiza.