Tenemos un problema. Desde hace décadas. Y es grave. Nuestra costa está desamparada, indefensa ante los iluminados que cada año sin falta hacen lo que les viene en gana instalando pasarelas, embarcaderos o vallas, haciendo suyo espacio público con una desfachatez que asusta. Lo último, las concertinas, una cuchillas que recuerdan a un penal y que pueden provocar heridas importantes. Se me escapa cómo alguien puede tener la peregrina idea de instalarlas. ¿Por qué no se las ponen en el retrete de casa? Es sólo una idea... Volviendo al problema, es realmente grave por la impunidad con la que actúan estos listillos, provocada en gran medida por el ´brutal´ dispositivo de control que tienen los ayuntamientos y sobre todo la Demarcación de Costas. Sí, es sarcasmo. El problema es que en Costas parece que no preocupan demasiado estos desmanes, a la luz de sus actuaciones, claro. La situación es tan salvaje que el último desatino en Porroig trascendió gracias a que unos ciudadanos concienciados lo denunciaron en las redes sociales. Hace meses que la denuncia también se tramitó a través de la Línea Verde de Sant Josep, aunque a tenor de las declaraciones de su alcalde ésta no es la vía adecuada para estas denuncias. ¡Como si se hacen a base de ´ucs´, qué más da! Las administraciones nunca dejarán de sorprenderme. Menos mal que queda gente con conciencia social.