Tras más de tres años en busca y captura, la Policía ha detenido en su pueblo, en Baza, a ´La Rula´, histórica narcotraficante del barrio de sa Penya. Y todos nos alegramos, pero no debemos olvidar que estaba libre porque la Justicia, inexplicablemente, la había dejado en libertad. Es decir, la Policía ya la había detenido y entregado a los jueces. Es más, ya estaba condenada. Sin embargo, hubo que volver a buscarla, como si los policías fueran tantos y con tantos medios que pudieran permitirse el lujo de pasarse la vida enmendando errores judiciales y deteniendo, una y otra vez, a los mismos individuos. Recuerdo muy bien la mezcla de ira y desolación con la que uno de esos agentes, uno de los que la han detenido en más de una ocasión, me contó que ´La Rula´ estaba en libertad.

El caso de Providencia Cortés Moreno, ´La Rula´, es sintomático, es un buen ejemplo de cómo funciona la Justicia en Ibiza y lo es, en buena medida, porque a menudo se tiende a creer que el sistema es maleable y blando para los políticos, para los ricos que llegan en yates a destrozar la isla o para los dueños de grandes locales de ocio que incumplen las leyes con total osadía, que la realeza se libra de los castigos mientras fiscales y jueces se dedican a otras cosas. Pero que nadie se engañe, en verdad el problema es mucho mayor; la impunidad, y por múltiples causas que merecerían otro análisis, es la peste negra que alcanza a todos los estamentos de la sociedad delincuencial pitiusa.

Y el caso de ´La Rula´ es uno de los más significativos. Sus mayores condenas se dictaron en 1989, en 1993 y 1995, y encadenó penas de cinco y seis años de prisión menor por tráfico de drogas, de los que, resulta evidente echando cuentas, no llegaba a cumplir ni la mitad. En 2005, con 57 años y a pesar de las detenciones y condenas que arrastra, es detenida de nuevo, esta vez con su nuevo compañero sentimental, de 42 años, condenado en dos ocasiones por homicidio y, aún así, en la calle vendiendo heroína. Ambos tenían algo menos de medio kilo de heroína, y otra variedad de drogas, en su casa y, a pesar de la carrera de ambos traficantes, con pocos propósitos de enmienda, y de que el fiscal pedía inicialmente nueve años de cárcel para cada uno, defensa y Fiscalía llegaron a uno de esos acuerdos para no continuar juicio y las penas se redujeron a tres y cuatro años de cárcel. Penas ridículas para dos narcotraficantes reincidentes. Hay que entender que el mercadeo entre acusación y defensa ahorra tiempo a todos y trabajo a los jueces, pero a menudo es difícil justificar tal regateo en nombre de la justicia. A los periodistas de sucesos nos suele resultar tarea complicada e ingrata explicar a nuestros lectores la utilidad de esos acuerdos que evitan continuar juicios y que devuelven en poco tiempo a la calle a muchos delincuentes que costó arduo trabajo detener.

Por el último caso, la traficante más conocida de sa Penya fue condenada, en mayo de 2011, a ocho años de cárcel por su relación con un alijo de más de un kilo de heroína intervenido en febrero de 2009 por el Grupo de Estupefacientes de la comisaría ibicenca. ´La Rula´ era la destinataria de la droga, que llegó desde Sevilla vía Denia, y en los registros en dos casas de sa Penya que ella usaba, los agentes encontraron más heroína y también cocaína y hachís. Sin embargo, a pesar de los antecedentes que le constaban en el momento del arresto -una veintena de detenciones y la condena de 2005-, la mujer consiguió salir en libertad provisional a los siete meses de haber ingresado en la cárcel y abonando una fianza de 15.000 euros (tan sólo el alijo intervenido estaba ya valorado en 50.980 euros). Por tanto, cuando se dictó la sentencia, Providencia se encontraba ya en libertad y aún consiguió retrasar el ingreso en la cárcel recurriendo el fallo judicial ante el Tribunal Supremo. Cuando el Alto Tribunal confirmó la condena, en 2013, la narcotraficante ya no pudo ser localizada, como era de esperar. Y, aunque todos sus hijos, los que seguían vivos, continuaban en la isla, agentes del Cuerpo Nacional de Policía sospecharon enseguida que ella había huido a Andalucía; probablemente a Baza. ´La Rula´, en realidad, podría haber sido detenida mucho antes, siempre y cuando hubiera sido el único asunto que la Policía tuviera abierto...

Hay que recordar también que esta conocida traficante de los clanes de sa Penya estuvo relacionada, ya en 1988, con la venta de heroína a dos toxicómanos que fallecieron nada más inyectarse la basura de heroína que vendía y que los dos chicos no supieron dosificar bien. ¿Quién, en la isla, no ha oído hablar de ´La Rula´? Podemos preguntarnos ahora cuántos años estará en la cárcel de los siete años y medio de prisión que debe, teniendo en cuenta los precedentes y que la mujer ya está algo mayor. ¿Hacemos apuestas?