"Es un caso aislado", dice mi amigo, el imán ibicenco musulmán Salahuddin Costa. Bueno, depende. ¿Cuándo la incidencia cuantitativa de un fenómeno nos permite calificarlo de singularidad, rareza o de caso aislado? En realidad sería más ajustado si hubiera dicho: «Esto también es el Islam», al que en Ibiza no solo conocemos por las fotos del presidente Vicent Torres y el alcalde Ruiz en la celebración del Ramadán. Al menos en Ibiza, no es solo esto, pero también es esto y me parece una situación altamente preocupante, casi tanto como el vertiginoso aumento de musulmanes en la isla.

Han sido los musulmanes (radicales y traficantes en estos casos) los que nos han publicitado la isla al menos en tres acontecimientos aciagos. De modo que su conducta no obedece a un caso aislado. Por supuesto, voy a obviar las rencillas, peleas, exigencias y otros roces de menor calado. Y para evitar polémicas, que no me apetecen, voy a enumerarlos y a documentarlos.

El primero. Los terribles atentados masivos terroristas del 11M de 2004 descubrieron una compleja trama de marroquíes y otros actores muy activos. A raíz de estos tristes hechos, algunos magrebíes se relacionaron con asunto tan sangriento y oscuro. Sobre todo Jamal Ahmidan, apodado 'El Chino'. Por esta causa supimos que se dedicaban a la noble profesión del tráfico de drogas. El Diario de la época y posteriores viene atiborrado (https://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2012/03/11/traficantes-arabes-sant-antoni-punto-mira-policia-11-m/542685.html). En una de esas informaciones, en 2012, la periodista Cristina Amanda Tur hacía esta afirmación: «'En Sant Antoni hay un germen peligroso que no podemos dejar de tener en cuenta y que los propios terroristas del 11-M ya vieron, porque, si consideraron que aquí había elementos predispuestos a la captación, es por algo', asegura un policía».

Repito, hay mucha información. Como la hay para el segundo 'caso aislado': el del salvaje atentado contra una docena de transeúntes en San Antonio. Salió en la prensa de todo el mundo. El día 24 de febrero 2011, a pleno día, Mahamed E.B, un marroquí de 41 años, salió a la calle dispuesto a cometer una masacre y lo consiguió. Con un cuchillo y una maza iba apuñalando a todo aquel que salía a su paso; mató a una persona, hubo otros siete heridos hospitalizados y cuatro afectados más. Un atentado islámico de manual: matar infieles y después sacrificarse, para ir a su cielo, donde le recibirán 70 huríes vírgenes y donde mana la leche y la miel.

También el Diario, por supuesto, ofreció toda la información (https://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2011/02/24/agrede-cuchillo-maza-doce-personas-sant-antoni-ibiza/465617.html).

Y el tercero, la detención de los dos supuestos yihadistas, imanes y profesores, profesión delicada por razones obvias.