En un sinvivir estoy desde que me he enterado de que hay entre 50.000 y 60.000 visitantes durante el verano que nadie sabe dónde demonios se alojan. ¡Más de 50.000! Si les da por salir a la calle y botar a la vez, como en el chiste de los chinos, hunden la isla. ¿Cómo es posible que nadie sepa dónde se hospeda esa cantidad de gente, que llenaría el Vicente Calderón? Pues dónde va a ser, almas de cántaro, en alojamientos turísticos ilegales. Esos que crecen como champiñones por todas partes, junto a la oferta oficial, que tampoco es moco de pavo: 50.000 plazas en 12.000 viviendas turísticas registradas, o sea, legales. Los números no son lo mío, pero entre plazas hoteleras, alquileres legales e ilegales, aquí da para alojar a todos los habitantes de Calcuta en solo un día de verano. Ante el clamor del gremio hotelero y del de las viviendas turísticas contra el intrusismo que ha disparado los precios y amenaza con acabar con los alquileres para todo el año en la isla, convertida en el plató ideal para otra tanda de capítulos de ´Aquí no hay quien viva´, el presidente del Consell, Vicent Torres, ha dado con la solución: legalizarlo todo, bueno, caaasi todo. Abracadabra:ahora eres ilegal, ahora ya no. De momento, ha regularizado 7.600 plazas turísticas en casas de campo y está tramitando otras 6.000. Pero, ¿cuántas hay? Es más, ¿sigue habiendo campo o lo que vemos es el jardín de la macrourbanización en la que se está convirtiendo la ruralía ibicenca?

Si hasta el verde campestre se va asemejando al de los billetes de cien euros que caen como maná gracias al alquiler ilegal. Torres, que sigue con su postura favorable a la regulación de los pisos turísticos (sin que ningún otro grupo político le apoye), ya nos advierte de que una legislación restrictiva no evitará que se siga alquilando ilegalmente. El presidente socialista de una institución animando a legislar, pero poquito. Lo que hay que oír. Por no hablar de la súper campaña contra los alquileres ilegales que nos vendió el Consell y que se ha saldado con solo 100 sanciones, pendientes aún de estudio para saber cuántos ilegales deben ser multados. Con persecución tan sañuda, no es de extrañar que se alquilen toda clase de cuchitriles tanto en Ibiza como en Formentera.

Ay, Formentera... esa isla donde hasta el 60 por ciento de la oferta está fuera de la legalidad. Hay que entender al presidente insular, Jaume Ferrer, con una isla taaan grande y donde nadie se conoce, debe ser muy complicado atajar el problema... sobre todo si no te apetece hacerlo. Tal y como yo lo veo, el furor alquilador ha llegado para quedarse, Nos vamos a forrar, se ha dicho todo el mundo y pocos se han parado a pensar en las funestas consecuencias futuras de la falta de vivienda para todo el año a precios terrícolas. Ya que no se puede confiar en los consells para poner orden en el caos, por lo menos pueden tener un detalle con quienes rentan conforme a la legalidad, pagando impuestos y otras minucias pasadas de moda. Podrían instaurar el día del casero legal, a la manera de la celebración del casposo día del turista. Son tan pocos que con un jamón por barba ya les bastaría para premiar a estos sufridos ciudadanos ejemplares que siguen creyendo en algo tan poco cool como cumplir la ley.