La Policía ha liberado este mes en Ibiza a 31 mujeres víctimas de redes de trata de personas que eran obligadas a prostituirse y que vivían en unas condicioes penosas. La pregunta es cuántas mujeres más siguen esclavizadas en la isla, donde la prostitución es uno de los negocios más boyantes dada la masificación estival y la elevada concentración en la isla de muchos hombres sin escrúpulos que igual que pagan por una copa, pagan por una esclava. Cuántas mujeres más malviven en Ibiza hacinadas como animales, sometidas a castigos corporales y emocionales, vapuleadas, aterrorizadas, amenazadas, desesperadas, sin que nadie las ayude. Trasladadas de un sitio a otro sin saber ni siquiera el nombre de la ciudad donde están. Sin hablar el idioma, solas, ocultas, vigiladas permanentemente por sus verdugos. ¿Qué tragedias se esconden tras los rostros maquillados de las mujeres que esperan cada día en las puertas de los prostíbulos, en las calles, en las plazas, en muchos pisos de la isla? Y ahora, ¿qué será de estas mujeres rescatadas de ese infierno? ¿Qué programas de ayuda, qué recursos se pondrán a su disposición para que puedan salir adelante y, algún día, normalizar su vida, encontrar un trabajo digno y poder salir a la calle sin miedo? ¿Qué será de ellas?