Aquí los únicos seres que brincan henchidos de felicidad son las cabras de es Vedrà. Pueden estar tranquilas mientras gobiernen los podemistas del PSOE o los socialistas de Podemos, que de verdad, ya no consigo distinguirles. Me pasa lo mismo con el expresidente socialista Francesc Antich: tantos años de compañía con los separatistas de ERC no podían salir de balde y al final ha sufrido una infección aguda. ¿No me dirán que se fue tan tranquilo con el grupo de ERC, prestando su acta de diputado para que los dinamiteros de la Constitución puedan tener grupo parlamentario y con ello acceso a los secretos de Estado? Antich, tantos años presidente de la Comunidad de Baleares. Y no lo parecía, pero lo era, como lo es Francina Armengol y al parecer el vice, Barceló. No me extraña que más de uno haya pedido la dimisión fulminante de Antich. No quiero imaginar la cara que se les habrá puesto a aquellos electores del PSOE que de buena voluntad le votaron.

Volvamos a las cabras y olvidemos estos pequeños deslices o traiciones. Un invierno cálido ha sido el mejor regalo para estas cabras en libertad veterana. Nadie las molestará, porque el gobierno difícilmente cumplirá ni una sola promesa. Esto sí, ya está dando trabajo a algún gabinete afín para que le redacten un proyecto de tranvía monorraíl. Digo lo de monorraíl porque suena bien, pero no tendrá ninguno. Ningún raíl: no habrá tranvía. Ya sé que la gente no se aclara con tantos nombres como el santoral cristiano (uy, perdón). Yo tampoco. No sé si los Guanyem/Ganemos son de Podemos o si es al revés, pero se pasan la vida en una continua pelea que cualquier día terminará mal. Mal para los contribuyentes que solo sirven de convidados de piedra y para pagar las facturas a esta manada de cargos y asesores inútiles. Solo la cúpula dirigente (es un decir, tampoco se sabe si dirige algo) nos cuesta 5 millones de euros al año.

Poder podrán poco, aparte de incordiar y derrochar, pero lo de Guanyem les sienta como un guante de seda, ganar sí que ganan. Y ojo que no se vuelvan a subir la nómina o que no la aderecen con nuevas dietas. Estos cafelitos y tostaditas, estos kilometrajes que cobran algunos ediles nos sabrán a chiste si continúan con su generosidad de ideas. Yo aún recuerdo que los concejales de Ibiza y de Formentera trabajaban gratis, sin cobrar. Tampoco es eso, pero al menos podrían solucionar los problemas que quitan el sueño a la gente: estas manadas de perros capitalistas que degüellan a las ovejas, estos violentos asaltadores de casas que encima apalizan a sus moradores, estas vías e infraestructuras en eterna espera de ejecución. Ya digo, si tuvieran ganas de trabajar, sería imposible no hacerlo. Por cierto, si consiguen atrapar a los perros cazadores, no los sacrifiquen: pueden usarlos sin coste alguno para eliminar las cabras de es Vedrà. Cuando hayan culminado su tarea, ellos mismos serán pasto de los buitres y los cuervos. Sí, sí, ya lo sé: la cadena trófica de la vida tiene poca poesía.