Los partidos de ámbito estatal que desembarcan en un territorio suelen encontrarse siempre los mismos problemas. La falta de conocimiento sobre los nuevos afiliados hace que les sea muy complicado encontrar a las personas adecuadas para confeccionar sus órganos internos y más aún cuando se trata de hacer listas electorales con posibilidades reales. Entonces les empiezan a llover los candidatos, que en muchos casos son descontentos de otras formaciones políticas. Le pasó al conglomerado Podemos-Guanyem, y eso que la mayoría de sus cuadros contaban ya con experiencia en partidos como IU, Ibiza pel Canvi, ENE, Gent per Ibiza, Proposta per les Illes y un largo etcétera de la ´ensaladilla rusa´ de la izquierda ibicenca. En cuanto han empezado a gobernar aquí sí y allí no y a meterse en listas para las próximas elecciones han comenzado los problemas y los tira y afloja. Es el caso del teniente de alcalde de Vila Joan Ribas, vituperado por sus aliados pese a que no pertenece a Podemos y tiene derecho a presentarse en la lista que quiera. Lo de Ciudadanos es más extremo, porque nada más empezar ya están con los tropezones. El ya excoordinador de la agrupación de Vila, Raúl Cuesta, ha sido expulsado solo una semana después de ser presentado, por airear el malestar dentro de la minúscula formación al ser impuestos desde fuera de la isla los candidatos a las elecciones. La ya clásica tensión entre los fundadores y los paracaidistas.