Así salvamos s´Espalmador en 1972 y lo digo en plural porque ignoro el grado de influencia de cada cual, aunque me imagino que se conjuraron varias causas para que no se levantara la monstruosa ciudad de 4.600 plazas en el islote.Entonces yo estudiaba en Palma y comenzaba a escribir en la prensa (Diario de Ibiza, Diario de Mallorca, TeleExprés, etc.) Aquellas colaboraciones hacían posible cubrir las facturas cotidianas y de no ser por ellas jamás hubiera podido estudiar fuera de Ibiza. El urbanismo estaba en pleno auge en las Pitiusas. Eran años salvajes de hoteles y urbanizaciones.

Recuerdo que en el puerto de Ibiza se intentó construir tres enormes silos para almacenar cemento. Estábamos en pleno franquismo y la ley de prensa no se andaba con chiquitas, pero jamás había visto al director del Diario, Francisco Verdera, enfrentarse con tanta virulencia. Aquellos silos en Botafoc hubieran significado tres heridas insufribles en nuestro puerto. Pero en Formentera no se quedaban atrás: entonces yo no lo sabía, pero en absoluto silencio se estaba cociendo una colosal urbanización en s´Espalmador. Sí recuerdo -no soy capaz de precisar fechas- un lunático proyecto de urbanizar s´Estany des Peix y sus riberas con unos palafitos (ya saben, estas casas primitivas de madera construidas sobre troncos clavados al fondo del mar o de un lago, al objeto de evitar los ataques de las fieras). Bueno, ya en Palma fui al Colegio de Arquitectos para documentarme sobre otras cosas y con mi melena de tres palmos les inspiré confianza y sorpresa. Al menos dos arquitectos jóvenes me informaron durante horas sobre una urbanización y otras curiosidades de Ibiza. Al final, ya casi al irme, dejaron caer: « Pero la pena es esa urbanización en el islote de Espalmador, el proyecto está en exposición pública y apenas hay oposiciones ni alegaciones. Y solo queda hoy y mañana de plazo».

Creo que fue allí donde me enteré del desastre anunciado en s´Espalmador. Quedé bastante chocado. Atravesando la hermosa Palma antigua me fui directamente a la redacción de Diario de Mallorca y lo puse en conocimiento de mi redactor jefe, Xim Rada. A los pocos minutos me llama el director, un combativo Antonio Alemany. Me pide detalles. El tema le ha interesado y delante de mí llama a uno de los redactores avezados en urbanismo, que firmaba Pep Best (¿ya puedo decir que era el pseudónimo de José María Barceló?). Al día siguiente salió un reportaje conmocionante, con fotos de archivo del islote y a toda página. El proyecto se paró.

Imagino que hizo mella en el alcalde Antonio Serra, que después sería muy amigo mío. Tampoco sé si el Consistorio veía muy claro aquel proyecto gigantesco. Ignoro si el fallecimiento del propietario real deshinchó el proyecto. Como dice Josep Pla : «La isla de Espalmador, propiedad del señor Cinnamond, de Barcelona...» estaba deshabitada de hecho. Toda la isla de Formentera apenas llegaba a 3.000 habitantes en 1972. Podemos especular cuanto queramos. El hecho es que entre varios conseguimos neutralizar aquel misil urbanístico. Y fue por los pelos. De otros no nos hemos librado.