Conociendo los dos Pactos precedentes era de esperar una fuerte ofensiva para hacerse con el control de IB3. Una obsesión socialista que en Valencia les llevará a intentar resucitar un cadáver, cuando aún no se han pagado las feroces deudas de Canal 9. Las da igual, viven de la imagen , quieren imagen y lo intentarán a cualquier coste. Ya no hablo ni del precio, inasumible. Costes elevadísimos, como ya sabemos en Ibiza en nuestras propias cuentas, cuando el Pacto decidió montar su propia televisión «para fomentar la cultura y la promoción turística». Una coartada infantil, porque a la postre les da bastante igual lo que ellos llaman cultura, o sea el núcleo dulce del catalanismo, el cual se acaba convirtiendo en una secta, un grupúsculo que engloba siempre a los mismos, bien cebados por el poder, omitiendo otros campos, otros nombres y otros escritores, ignorados olímpicamente por el simple hecho de escribir en castellano.

Por eso he encontrado esperpénticas las últimas declaraciones de la portavoz del grupo parlamentario socialista, nuestra Pilar Costa, en su intento de vendernos la ley de reforma de la radio y televisión pública de Baleares, IB3: «Mañana comienza el final de la manipulación política de IB3». Ya parece de Podemos. Y se queda tan ancha. Una vez más tengo que decirle que no todos vamos a seguir tragando con sus ridículas consignas. Ya está bien. Después de haber sobrevivido a consejeros de Cultura como Marià Torres o los desvelos catalanistas de Fanny Tur en el Instituto Ramon Llull, o las confesadas intenciones del nuevo conseller David Ribas, casi es mejor que no presuma de imparcialidad del PSOE ni del Pacte. Por no citar algunas entradas de la Enciclopèdia. Para explicar su alcance habría para escribir una o varias novelas, en un registro parecido a aquella divertidísima 'Belladona' de Hugo Claus (Anagrama).

Sin recurrir a la demencial prohibición de facto del uso del artículo salado, cuando los mismos políticos que lo prohíben lo emplean en sus intervenciones del Parlament. No lo oirán en los informativos de IB3. Hay que lalar o sea hablar con el artículo de Barcelona. Todo lo balear va siendo ninguneado, desprestigiado y guardado en un anaquel fosilizado, mientras se va sustituyendo por lo barcelonés y lo catalán.

No nos hable de manipulación, doña Pilar. Sus palabras rozan un cinismo que no he observado ni siquiera cuando ha gobernado el PP, que también es proclive a diseñarse un mundo a su medida. Ya en 2009, nuestro Pacte de Ibiza emprendió una aventura televisiva que nos costó 216.000 euros: ´Televisió per a Ibiza´ o Ibiza TV. La historia es tan exageradamente torpe (por decirlo con suavidad) que casi me da pena recordarla.

Miren, señores, lo mejor que pueden hacer es coger IB3 y cerrarla inmediatamente y empezar a cumplir las sentencias judiciales en las escuelas pitiusas, o sea que se pueda estudiar en español o en balear. O en los dos.

@MarianoPlanells