Cuando hablan de desestacionalizar ya tiemblo. Así, de entrada, no quiero que se amplíe la temporada turística si ello tiene que significar que aumentan las semanas o los meses de suplicio para aquellos que no queremos ganar dinero a costa de perder calidad de vida. En definitiva, si prolongar la temporada pasa porque discotecas, beach clubs y similares abran más días, por mí cerremos ya, por Dios.

Y seguro que centenares de vecinos (no digo miles para que no me digan que exagero) en Platja d´en Bossa, Sant Jordi, Sant Rafel, Cap Martinet, es Jondal y Sant Antoni, por poner unos ejemplos rápidos, desean ahora mismo exactamente eso. Si cierran hoy, mañana podremos dormir; en esto se resumen los deseos de muchos en esta isla, digan lo que digan los de la Asociación de Ocio o los de la Asociación de Empresarios de Salas de Fiesta y Discotecas, que no hacen más que salir en los medios con declaraciones al estilo de ´qué buenos somos´, ´nosotros defendemos los intereses de Ibiza´ y ´los malos son los otros´, porque beach clubs y discotecas se acusan mutuamente de incumplir aforos y horarios pero creo que se olvidan de que ellos también deben cumplir las leyes.

El portavoz de la asociación de discotecas no dice nada de todas las denuncias por ruido que los vecinos realizan cada día ante la Policía Municipal contra algunos de los locales que representan, ni de las denuncias por negarse a parar la música para que se realicen sonometrías ni de las que les ponen por incumplir el horario de cierre. Los representantes de los beach clubs, por su parte, nada dicen de las denuncias que les tocan a algunos de los suyos por ruido ni de las pretensiones de privatizar playas a fuerza de llenarlas de hamacas y contratar vigilantes anabolizadamente agresivos.

Ni unos ni otros dicen nada de las agresiones sexuales derivadas de la promoción que hacen de la isla, ni de los muertos por droga que también derivan de su fórmula de ocio. Ni de las quejas de policías y guardias civiles porque no les dejan trabajar e investigar a clientes mafiosos que ellos consideran VIP (¿quién dijo que tal acrónimo se traducía por Very Impresenteibol Person?) De todos los problemas que provocan sus desmanes, de eso, no dicen nada.

A estos portavoces que representan a asociaciones en las que están afiliados locales (sean discotecas sin más o discotecas on the beach) que a diario incumplen las normas y contribuyen a que en esta isla no se pueda vivir les propongo que vengan una noche conmigo de visita a zonas en las que el ruido no deja dormir a los vecinos. Les abriré las puertas de casas en las que los habitantes ya no saben qué hacer para que las autoridades detengan el descontrol, les presentaré a personas que han tenido que marcharse de sus casas y a otras que, sin posibilidad de hacerlo, pasan las noches a base de pastillas. Otras les contarán los muchos años que llevan denunciando el ruido sin que nadie les haga caso. Y tengo víctimas, y muchas, tanto si es para una asociación como si es para la otra.

También, por supuesto, están invitados a la excursión esos responsables del Consell a quienes lo único que se les ha ocurrido para intentar detener la grabación de un programa como ´Ibiza Shore´ es amnistiar a los locales prometiendo que no se harían inspecciones y que se retrasarían sonometrías y denuncias por ruido. ¿Cuál ha sido realmente el precio que hemos pagado para que el programa no se grabe en la isla?

A unos y otros, a políticos y empresarios, hay que recordarles que la contaminación acústica es un delito contra el medio ambiente, no solo una infracción a las ordenanzas municipales, y que en otros lugares de España con menos impunidad el exceso de ruido conlleva condenas de prisión. Y, más pronto o más tarde, las tornas pueden cambiar en la isla.

Eso sí, aunque los de la Asociación del Ocio y los de la Asociación de Discotecas nos sorprendan a todos denunciando en los demás aquello que sus mismos asociados no cumplen, ya nos viene bien que se peleen entre ellos y se vayan echando piedras. Ahora la pregunta es si el Consell y los ayuntamientos harán algo con las piedras que les entregan en bandeja traducidas en denuncias o si vamos a seguir prevaricando y negociando amnistías. En estas condiciones, ¿para qué queremos una temporada más larga, para que cuatro hipócritas sin escrúpulos sigan ganando pasta a costa de la destrucción de la isla y de nuestra calidad de vida?