El gallinero es uno de los espacios más apreciables, más allegados para el payés ibicenco, una casi incesante fuente de proteínas sin procesar industrialmente ni necesidad de frigoríficos. Pero hasta aquí y ni un centímetro más allá. Cuando leemos la prensa nos damos de cuenta del gallinero de la política local, cada año más disparatado y estridente. Sin entrar en honduras ni en guatemalas, creo que en los últimos cuatro años no se ha salvado ningún partido. Especialmente doloroso ha sido el progresivo deterioro del PP, al menos en al ayuntamiento de Ibiza y bastante en el de San José y San Antonio.

Estas escenas nefastas pueden pasar en un campo de fútbol o de baloncesto, pueden tolerarse en la barra de nuestra taberna preferida, pero el ciudadano vilero ha asistido a una de las legislaturas más deleznables que recordamos en todo el período democrático. Hablo del Ayuntamiento de Vila y no del Consell de toda la isla, porque el equipo formado por el médico ciclista Vicent Serra ha reunido al colectivo más inepto del que tenemos memoria. Nunca se había visto nada parecido. Y mira que hemos sufrido políticos mermados, mulas y borregos mediterráneos. Ya pueden correr a llamar al pintor para que les retrate, por si ustedes no se han retratado solos. Háganse un buen retrato para la galería de hijos ilustres. Desde lejos -por suerte para mí- intento seguir la campaña electoral de estos candidatos. No crean que lo tienen fácil.

¿Con qué cara -por mucha que le pongan- se presentan ahora ante los ciudadanos para pedirles la renovación del voto? ¿Con qué argumentos pueden convencer a los votantes que están hartos de pagar unos sueldos astronómicos a esta manada de concejales y consejeros que aparecen a la hora de cobrar la nómina, pero cuya trayectoria de realizaciones está casi en blanco? España cada vez más endeudada, los impuestos cada vez más altos, pero no se rebaja el gasto público, ya que los recortes han ido a parar a los servicios que beneficiaban a los ciudadanos. ¿Van a pedir el voto? Votadme otra vez, yo soy la seguridad y la tranquilidad. Hasta a un ibicenco se le acaba la paciencia. Por idéntica línea veo asomar las mismas caras de siempre del PSOE-FSE: diálogo y muchas subvenciones, cuando todavía el PP de Bauzá no ha pagado ni la mitad de los pufos que dejaron los del Pacte de Progrés o como diablos se llamaran.

Pero es igual, aquí nunca pasa nada. Intentan unos indignados articularse como partido alternativa, no sé si se llama Podemos, Podem, Ganemos o Guanyem. No se aclaran ni en el idioma. Se avergüenzan de emplear el español. Los catalanistas braman, buscando alianzas antinatura, o sea, todas, cualquier alianza con el catalanismo es antinatural. Los ibicencos aman los gallineros, pero no el gallinero político. A ver cómo convencemos a los votantes. Me gustaría verlo.