No lo parece, pero en cierta manera las islas Baleares y las islas caribeñas compiten entre si. Y se acabaron los años de placidez cambiaria, donde el euro predominaba sobre el valor del dólar. La volatilidad general tiene a todo el planeta en vilo y el euro parece destinado a quedar a la par con el dólar. Los agentes de viajes pagan a las empresas del Caribe en dólares, pero suelen cobrar en euros.

Esto, ahora es mal negocio para los paquetes turísticos, que han subido de una manera alarmante. Quien quiera viajar al Caribe este verano se encontrará con subidas del 10 o del 15% sobre lo previsto en Navidades.

Esto puede que sea malo para el Caribe y para los turoperadores europeos, que ven cómo se evapora su margen de negocio, pero una vez más, será óptimo para las playas de nuestro Archipiélago, ya de por si atiborradas con los turistas canibalizados al mercado de los países ribereños musulmanes.

Las Baleares serán el Caribe de muchos españoles y probablemente de muchos europeos de la zona euro, que sin duda preferirán comprar los buenos servicios, el buen precio y la mejor proximidad de las playas españolas de Baleares, Canarias y costas peninsulares.

No tengo cifras y dudo que en este momento las tenga nadie, es una extrapolación sobre los sucesos violentos del Mediterráneo y al proceso de debilitamiento del euro con respecto a otras monedas en curso.

Si el fenicio no se equivoca, el verano de 2015 será explosivo, como ya se anticipó en unas notas anteriores. Ningún verano habrá sido tan espantosamente concurrido como el 2015 si se cumplen las previsiones a finales de marzo. Tanto, que da un poco de miedo. En Ibiza, una islita que es una mina de oro para el Gobierno central, no hay dinero ni para remedar depuradoras ni lacrar y anclar el buen funcionamiento de los emisarios submarinos, que revientan cada verano un par de veces.

Recuerden el verano de 2014 y cavilen un momento. Si es aproximada la presunción de llegada de medio millón más de turistas ¿qué máquina va a dializar el aporte brutal de material a las depuradoras? ¿Qué emisario va a redimir líquidos y sólidos al fondo del mar costero? La cara y la cruz.

Baleares es preferible mil veces al Caribe, para muchos europeos. Sobre gustos no discutamos, pero tenemos que saber una cosa: todo saldrá bien y superaremos la prueba, pero en caso de que todo empiece a vomitar chafarrinones, la isla de Ibiza quedará estigmatizada para unos cuantos años. Pero quién sabe. A los millonarios les encanta el barro.