Cuando acaba enero, toda España se manifiesta en su cara hermosa y terrible del invierno nevado, o con vientos huracanados que en las islas nos dejan durante varios días sin el transporte marítimo y con problemas de operatividad en el aéreo. Da igual. Fitur en Madrid acoge a un cuarto de millón de visitantes y es un escaparate para sisar noticias y agotarse en unas horas, porque las ferias son extenuantes. Yo prefiero usar la prensa. Ya ni Arco, que era la feria del arte en Madrid, ni Fiac, que era mi cita anual con el arte en París. Un poco por aburrimiento -las novedades vacuas son estériles y somníferas- y un poco por comodidad, somos muchos los que decidimos usar las ventajas impresionantes de Internet.

Me entero, por ejemplo de que el gran grupo Riu se va de Cuba. Ya hizo lo mismo el ibicenco Sirenis, hace unos años. Carmen Riu anuncia que la cadena mallorquina tenía un contrato de gestión que expiraba en abril. Operaron con el Club Hotel Riu Varadero, un cinco estrellas que no les ha dado resultados satisfactorios. Cuba sufrirá cambios en este terreno, desde la noticia de restablecimiento de relaciones con EE UU. Ahora falta saber si habrá apertura política y respeto por los derechos de los cubanos.

Otro que se manifiesta con esperanza es el ministro de Turismo egipcio, un país mediterráneo que absorbía mucho turismo centroeuropeo y ruso, antes de la crisis política que ha sumido al país en una revolución sangrienta que parece no tener fin, aunque en muchas zonas del extenso territorio reina una paz relativa. ¿Egipto puede restar turismo a Ibiza? La respuesta es sí, porque se dirige al mismo segmento de mercado: los chinos, que de momento viajan en cantidades poco significativas. Pero hay que tener en cuanta a nuestros competidores, como Turquía, Grecia, Libano, Egipcio, etc. No estarán toda la vida sumidos en estas condiciones de riesgo extemporáneo. Desde la India hasta Malí, el islam se encuentra en plena convulsión y en algún momento se pondrá a hacer la digestión, como ya ocurre con Túnez, un ejemplo brillante a seguir.

Digo esto y ya sabemos que las condiciones políticas pueden cambiar de una semana por otra. Teníamos el turismo ruso en plena expansión en Baleares, pero la guerra de Crimea-Ucrania, la caído del rublo, la bajada de los precios del crudo y la inestabilidad política (sanciones de la UE contra Rusia) lo han dejado reducido a la nada. Y la situación sigue envenenándose. El egipcio Mahmud dice que el turismo en su país volverá a la normalidad a final de este año, lo cual no se cree nadie. Egipto está muy lejos de ofrecer seguridad y menos en El Cairo, que es donde están las tiendas y los museos. Los chinos saben muy bien lo que hacen, dónde viajan y en qué condiciones. Pronto lo descubriremos en las Pitiusas. Si hay suerte.