Alos ibicencos siempre nos cobran más caro. Los ibicencos por lo mismo pagamos más que un mallorquín, un menorquín o un valenciano. No digamos ya un extremeño o un turolense, donde todavía conservan unos precios sensatos y piadosos. El fenicio cavilaba sobre esto hace unos quince años y llegó a una conclusión irrebatible: nos clavan por un sencillo sentido de la venganza. Como los ibicencos pegamos unos clavos de espanto en los alquileres, en algunos bares y en algunos restaurantes, en los taxis, buses y en los transportes, el peninsular piensa que aquí estamos todos podridos de dinero. Y nos paga con la misma moneda cuando tiene la menor oportunidad, o sea, cobrándonos mucho más caro que a un mallorquín Suena convincente ¿verdad?

Pues no, porque los mismos ibicencos nos cobramos unos sobreprecios exorbitantes y desorbitados los unos a los otros. Mira que hemos tenido tiempo desde el inicio de la crisis, en 2007 para racionalizar un poco nuestras relaciones comerciales domésticas. Pues no hemos sabido. Bien es verdad que en numerosos comercios ya han dulcificado sus tarifas, porque viven el día a día y saben que la pobreza están instalada en el tuétano de la sociedad pitiusa. Y mira que sale publicado en el Diario al menos cuatro veces al año: en Ibiza y en Formentera se pagan las nóminas más bajas de España. Bajísimas. Aun así no serán tan malas cuando a principios de abril la isla se llena de chicos y chicas de toda la península en espera de conseguir un trabajo estacional. Y no son pocos los que al cabo de un mes, después de dar vueltas y de dormir en la furgoneta, se han de dar media vuelta y regresar al pueblo con las manos vacías. Las Pitiusas tampoco pueden emplear a todos.

No son solo las nóminas. Las pagas de jubilación o pensiones son desoladoras, de las más bajas de nuestro país. Todo ello en conjunto, en siete años de crisis, ya debiera de habernos resituado en el panorama inflacionario nacional. Pero no lo hemos conseguido, por el factor distorsionador del turismo que presiona los precios al alza como un cohete. En Ibiza, las rentas sí que están mal distribuidas.

Aquí el dinero se va a una decena de discotecas y de hoteles, el resto está de comparsa. Incluso las navieras recibieron un palo en forma de multa de 54 millones (ahora una sentencia anulada y en fase de nueva instrucción, creo) por alterar los precios y ponerse de acuerdo en la competencia. Nos cobraban más de Ibiza a Denia que de Mallorca a Denia. Y cosas así. Los transportes aéreos son más hábiles: cuando hay más demanda de plazas, suben el precio, en vez de aumentar la oferta (aviones). Salir en fechas señaladas es complicado, además de más caro.

Por todo lo cual, a ver si llega pronto el comunismo de Podemos y nos da una paga a todos los isleños que quedemos viviendo en Ibiza, guardando la isla de los temporales. Yo con mil euritos al mes ya me apaño.