Hoy les propongo un juego, un ejercicio de imaginación. El presidente del Govern y del PP en Balears, José Ramón Bauzá, decide llevar a cabo un acto de propaganda en Ibiza para presentar el programa político de la formación en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Después de pensarlo mucho, elige el colegio público Can Misses. La directora del centro, con el beneplácito del jefe de estudios, miembro activo de la Assemblea de Docents, autoriza de inmediato la celebración del acto de precampaña, a pesar de que los colegios han quedado tradicionalmente fuera del escenario de la actividad partidista (salvo cuando son designados por las juntas electorales como locales públicos para actos de campaña). En ningún momento se consulta con el consell escolar. Bauzá justifica su elección con un argumento de calado: «Es un espacio muy bonito». Y, en un salto atrás en el tiempo, equipara el centro al ágora de la Grecia clásica, un espacio abierto (no un edificio público) en el que se discutía de lo divino y de lo humano, y que lo mismo servía de mercado que de tribunal. La representante de los padres y madres de alumnos de la isla opina que el lugar elegido por Bauzá no le parece «el más adecuado», pero añade: «No es nada malo que los niños vayan percibiendo la realidad social». Por tanto, un acto del PP en el colegio de Can Misses «no es criticable», según la presidenta de la FAPA.

Vale, ya pueden dejar el ejercicio mental. ¿Suena increíble, no? Y lo es. Todos sabemos que si al PP se le hubiera ocurrido la peregrina idea de solicitar el permiso de la dirección de la escuela, le hubiera sido denegado ipso facto. Que Guanyem, la formación que sí se presentó públicamente en las instalaciones del centro, hubiera puesto el grito en el cielo, la Assemblea de Docents hubiese acusado a Bauzá de manipulación y la presidenta de la FAPA se hubiera desgañitado recordando que ella representa a todos los padres, sea cual sea su ideología. Los responsables políticos de todo el espectro de la izquierda hubiesen clamado contra el PP y su utilización partidista de un centro educativo y, en fin, se hubiera armado un escándalo descomunal. Pues bien, amigos, el acto se llevó a cabo, lo hizo Guanyem, una recién creada formación de izquierda, y la crítica brilla por su ausencia. Las direcciones de los colegios públicos han sabido mantenerse al margen de la propaganda política, hasta ahora. ¿Dónde están esos padres indignados por la colocación de carteles electorales en las paredes exteriores de los colegios? ¿Qué hay de esos profesores enfadados que denunciaban la venta de biblias a las puertas del instituto? Las reglas del juego son para todos y no vale cambiarlas cuando afectan a los próximos. De amiguismo en este país ya estamos hasta el colodrillo. Y para quienes añoran el ágora griega, hay plazas en Ibiza que pueden servir perfectamente para la sana discusión, como demostró el 15M. Aunque cuidado con los viajes al pasado, porque no todo era tan ideal en la Grecia clásica. A las mujeres se las consideraba seres inferiores y no tenían más presencia en el ágora que la de cualquier estatua, griega por supuesto. Como creo en la coherencia de la dirección del colegio Can Misses, quedo a la espera de próximos actos electorales en el centro de PSOE, PP, Epic, PREF... Por imaginar, que no quede.