Algunos de los líderes políticos que han mirado hacia otro lado, que han consentido o incluso alentado el saqueo de las administraciones del Estado han pedido perdón, disculpas a los ciudadanos por los escándalos que ya les acechan. Otros han expresado indignación, hartazgo, rabia, asco, vergüenza... no por lo que lleva años pasando y años destapándose sin consecuencias, sino por lo que airean los medios. Varios se han mostrado sorprendidos, descolocados, desolados, en ´shock´... tras conocer las fechorías de sus antiguos compañeros de despacho, de comisión, de burdel o de tarjeta B, aunque con la boca pequeña por si la Guardia Civil les está esperando en casa. Tras eludir explicaciones concretas, atribuir la corrupción generalizada a la «codicia personal» de unos pocos o acudir al manido ´y tú más´ o al ´anda que tú´, todos han mostrado su voluntad de cambiar, de resetear, de «limpiar las alcantarillas», de expulsar a los indignos, de regenerar la democracia... Palabras y más palabras, pero ninguno ha pronunciado la que exige la responsabilidad que le corresponde: dimisión. Nadie ha dicho dimito. ´Lo siento y me voy, dimito´. El próximo mes de mayo tenemos una nueva oportunidad de comenzar la limpieza, si no utilizamos la escoba seremos sus cómplices. #EivissaDiuNo