Miró es un elefante de Ibiza desde los primeros años treinta por lo menos. Yo creo que estuvo en la isla varias veces, como tantas artistas internacionales. La guerra civil impuso un forzado paréntesis hasta la década de los cincuenta. Ya en los sesenta, Ibiza significaba un remanso de creatividad popular constante para aquellos Germán Rodríguez Arias, Torres-Clavé, Yllescas, Joaquim Gomis, Josep Lluís Sert, Salvador Pániker y tantos otros. Uno de ellos era Miró, entusiasmado con las medidas de los utensilios y la textura de los objetos populares (ay, la herencia fenicia, más adelante sacaría los sobreteixims). No pocas veces sucumbió a la tentación de ensamblar algunos de estos artefactos: siempre me maravillé de uno que guardaba el carpintero en Vicaria. ¿Dónde habrá acabado aquella escultura firmada?

Pero con el tiempo, Joan Miró se decantó por Mallorca, en las afueras de Palma, en parte influido por su mujer, Pilar Juncosa, Ella no era muy entusiasta de Ibiza (fenómeno que se observaba en muchos mallorquines de la época). Pero mantuvo una estrecha relación con Sert, un amigo que fue crucial en decisiones que llegaron a rozar la obsesión.El estudio de So n'Abrines (Palma), que visité una vez gracias a la intermediación de Gomis, resolvió dos problemas que agobiaban al ya anciano pintor: la luz y la usabilidad. Sert solucionó ambos, de manera que se podía pintar tamaños enormes a casi cualquier hora del día con una luz natural generosa.

Me habló mucho Gomis sobre su otra obsesión: la Fundación Miró (Barcelona). Se recibieron presiones, traiciones, abandonos, crisis, pero siempre Sert se mantuvo a su lado. Quizás algún día cuente más sobre esto. Cuando entrevisté al fotógrafo Gomis bien que se lo calló el puñetero, pero más adelante disfrutaba ofreciéndome datos que hubieran hecho temblar a algunos prohombres de la cultureta catalana. Esto y otras muchas fechorías contribuyeron a abrirme los ojos. Un poco más.

Ahora vienen los políticos desde Palma con su intrascendente petulancia a dar el bolo del verano, inaugurando el mundo cada día, diciendo que ya era hora que Ibiza pudiera ver la obra de Miró. Ninguno de ellos había nacido y Miró ya paseaba por Ibiza. Expuso toda una serie de obra gráfica en Carl van der Voort (primeros de los 70). Una docena de bronces en la Fred Lanzenberg (finales de los 70) y lo he visto en Es Molí en algunas obras sueltas. Sic transit gloria mundi: ustedes caminan donde otros ya han pisado antes. Qué efímera es la obra ajena.

La expo del Museo Arqueológico de Arte Contemporáneo (con perdón, ellos le llaman MACE) es muy interesante, sin duda la mejor hasta ahora en esta nueva etapa: 15 esculturas de gran tamaño, 25 pinturas y un tapiz con la colaboración de Josep Royo. No se ha ahorrado publicidad, la veo anunciada hasta en los autobuses y paneles callejeros. El dinero del contribuyente es potente, pero no sé cuál será el resultado final, me refiero a efectos de visitas y de público. En cualquier caso, esta es la exposición del año, que después viajará a Menorca y a Mallorca. Además, como el elefante tiene antiguas raíces en Ibiza (aunque no se diga) recomiendo su visita.