El verano no está aquí pero nos ha hecho un guiño en Semana Santa, cuando además de abrir más hoteles que en las fiestas del año pasado también se ha registrado una mejor ocupación de la planta abierta. Fantástico... para algunos, claro, que aquí no se reparten las ganancias. Sufrimos también las carencias de cada año: las mismas calles sucias y el mismo litoral en pañales, con turistas y gran parte de los negocios turísticos abiertos pero con los servicios públicos bajo mínimos. El inicio de la campaña de verano se nota sobre todo en las zonas más calientes, como la Marina o Platja d´en Bossa, donde la actividad ahora es frenética. Limpia y da esplendor no es una leyenda que pueda aplicarse en exclusiva el Diccionario de la Real Academia. También los empresarios turísticos ponen en práctica esta máxima cada año mientras entonan, como un mantra interminable y cansino, la eterna solicitud a las instituciones para que vayan a su mismo ritmo. Y mientras en el aire se pueden percibir ya los primeros y emotivos efluvios de los protectores solares con olor a coco, los beach clubs se preparan para cobrar diez euros por un agua sin gas. Porque aquí cualquiera monta un beach club. A saber: playa típica, chiringuito tradicional al que le ponen un toldo blanco, dos hamacas del mismo color, un dj ´salao´ sacado de debajo de cualquier piedra y... ¡listo! Donde cobraban dos euros cobran ocho y me quedo tan ancho. Vuelve el tupperware. Ellos se lo han buscado... #eivissadiuno