En el momento de escribir este artículo tengo el corazón en un puño. Mi hijo de siete años ha acudido esta mañana al colegio armado con una bandera de Samoa. Es el Día de la Paz y los profesores han pedido a todos los alumnos que pinten banderas de diferentes países en unas cartulinas que les han facilitado y las lleven al centro, sin tener en cuenta las consecuencias que puede tener tras la aprobación de la Ley de Símbolos por parte del Govern Bauzá. ¿Acaso la bandera de Samoa no es un símbolo? Si lo que la ley indica es que no se pueden instalar símbolos que no hayan sido autorizados en los bienes muebles o inmuebles públicos ¿podrán los niños dejar esos peligrosos artefactos sobre una mesa o el lavabo para ir a hacer sus necesidades? ¿Podrá el Govern enviar a la Guardia Civil al centro a hacer una redada y arrancar de las manos de los escolares todos esos símbolos ajenos a nuestra comunidad? ¿De verdad era necesario llegar hasta este punto ridículo y antidemocrático? Los profesores creen que como han pedido que lleven banderas de países y no de comunidades autónomas -que al parecer son el demonio- no habrá problema, pero conociendo la catadura de Bauzá y Camps no me fío. Una última pregunta: tal y como está el sistema educativo en nuestras islas, ¿cuándo se van a poner desde el Ejecutivo a trabajar en serio para llegar a consensos y solucionar los problemas en vez de crear otros nuevos?