Qué decisiones se pueden tomar en la vida por aburrimiento? Leer, por ejemplo. Yo empecé a hacerlo porque me aburría. El aburrimiento es uno de los modos más molestos del autofastidio. A veces, constituye un modo de mostrar un grado de superioridad. La persona que se aburre ostensiblemente en una fiesta que divierte a todos, está intentando transmitir la idea de que sus intereses intelectuales están en otra parte. ¿Qué haces entonces aquí?, cabría preguntarle. A lo que respondería que ha tropezado cayendo en una dimensión que no le es propia. El aburrimiento, que es casi incompatible con las responsabilidades, parece más propio de la infancia que de la edad adulta. Los niños, a menos que permanezcan a familias muy atormentadas, se aburren porque no les preocupa llegar a fin de mes. Personalmente, mantengo que el aburrimiento, a la larga, es muy creativo, pues de las tardes muertas de la infancia salen los proyectos más vivos de la madurez.

Viene todo esto a cuento de unas recientes declaraciones de Felipe González según las cuales había decidido abandonar el consejo de Gas Natural, donde cobraba 126.500 euros al año, por aburrimiento. La verdad, nos parece una actitud un tanto infantil. Nos hacemos cargo de sus bostezos y de la incomodidad de recolocar el cuerpo cada diez minutos durante la hora o dos horas mensuales que duraran las reuniones. Pero tendría que reconocer que se trataba de uno de los aburrimientos mejor pagados del mundo. A usted o a mí nos ofrecen esa cantidad, incluso la mitad de ella, por aburrirnos doce veces al año y entramos de cabeza. Lo que Felipe ha querido decir es que él pertenece a una dimensión de la realidad distinta a la del resto de los mortales. Se trata de un gesto de superioridad. Lo más sorprendente es el descubrimiento de que existe un mercado del aburrimiento. Significa que hay grandes empresas que pagan por él a personas como González.

-Le compramos su aburrimiento por cien mil euros al año.

-Vale.

Desde aquí anuncio que estoy dispuesto a malvender el mío a Gas Natural o a Endesa, aunque no haya participado en sus privatizaciones.