La estrategia de la Assemblea de Docents y los sindicatos es ahora la insumisión ante la aplicación del TIL y que en la práctica no cambie nada en los centros de enseñanza: animan a los docentes a que sigan como hasta ahora y que ignoren el decreto del Tratamiento Integrado de Lenguas del Govern, que pretende aumentar la enseñanza del inglés a costa del catalán. Los profesores insumisos defienden «el derecho fundamental y universal» a enseñar en catalán, «la única forma de garantizar la cohesión social», una postura firme que excluye la posibilidad de negociar fuera de este marco ideológico. El boicot a los cambios educativos que ha aprobado el Govern es el camino elegido ahora para continuar articulando la oposición al TIL, después de tres semanas de huelga y unas negociaciones tan largas como infructuosas. El Govern sigue, por su parte, con su táctica de esperar sentado a ver pasar el cadáver del enemigo: confía en el desgaste provocado por unas movilizaciones que no han conseguido nada. Mientras cada parte sigue cavando su trinchera, dispuesta a no ceder un palmo de terreno, la incertidumbre continúa instalada en los centros, y muchos padres se preguntan qué pretenden realmente los representantes de los docentes: ¿que haya medios suficientes para poder aplicar el TIL de forma progresiva (como es lo razonable y así hay que exigirlo al Govern) o más bien que nada cambie en las aulas porque consideran que no hay nada que cambiar y todo funciona fenomenal? Plantear una insumisión a una normativa educativa es un golpe arriesgado y de imprevisibles consecuencias que desestabilizará aún más la actividad académica de este curso tormentoso.