Respecto a todo este guirigay que se ha montado acerca de la educación, hemos escuchado a políticos, docentes, padres preocupados, docentes preocupados, Apimas, Ampas, FAPA, STEI, CCOO, UGT y otros hablar del TIL, de PGA, ratios, etc. Todos ellos han dado y dan su opinión, pero lo que me sorprende de todo esto es que todavía no he visto, leído ni escuchado la opinión de ningún alumno, al menos yo no la he visto.

Desde el principio de la huelga vengo hablando con mis hijas, a las que hemos llevado al colegio, de cómo les han ido transcurriendo los días y de qué sensaciones tenían. Voy a intentar ahora hacer un ejercicio de asertividad y ponerme en la piel de una de ellas para escribir la carta que creo ella escribiría.

Me llamo Sara, tengo 7 años y tenía que haber empezado segundo de Primaria hace tres semanas. Estoy un poco triste porque yo me lo pasaba muy bien en el cole y ahora me aburro bastante; tenía ganas de que acabara el verano para poder contar a mis amigos todo lo que había hecho y poder escuchar lo que habían hecho ellos, pero han pasado tantos días que ya casi se me ha olvidado.

También estoy triste porque veo a mis maestras preocupadas. Antes todo eran risas, cuentos y canciones, y ahora unos días están y otros no. Todavía no hemos empezado a montar el aula y las veo siempre hablando entre ellas muy serias.

Mis papás también están muy preocupados, no hacen más que suspirar y soplar diciendo que esto de la huelga va para largo. Yo le he preguntado que qué es una huelga a mi papá, él me ha dicho que es que cuando alguien cree que se está haciendo algo injusto, deja de trabajar para protestar para que se tenga en cuenta su opinión; yo ya sé qué voy a hacer cuando me envíen a dormir antes de que se acabe mi serie favorita: voy a hacer huelga.

Cuando les pregunto a mis papás que es eso injusto que se está haciendo, me dicen que son cosas que están pasando en la escuela que hacen que mi cole sea peor, pero para mí lo peor es que no estén mis amigos y que mis profes estén tristes.

Mi papá dice que la culpa es de la política, y yo le he tenido que preguntar que qué es la política. Mi papá se ha puesto a reír tanto que casi lloraba, pero todavía no me lo ha explicado, se lo volveré a preguntar.

He escuchado a mis papás diciendo que uno de los problemas más grandes es por la manera de hablar: si en catalán, en castellano o en inglés. A mí me da igual, con mis papás y mis abuelas hablo en ibicenco y con mi abuelo en castellano. Mi papá, cuando se enfada mucho, también grita en castellano. Con mis profes en la clase hablo en catalán y en el patio con mis amigas, en castellano. A mí me gustaría saber hablar inglés, porque cuando voy a la playa y conozco a algún niño guiri, siempre tengo que preguntarle a mi papá como se dice en inglés ´¿cómo te llamas?´, ´¿quieres jugar conmigo?´ y algunas cosas más. No entiendo por qué la manera de hablar puede ser un problema. Poder hablar con los demás es divertido y sirve para conocer nuevos amiguitos.

Ya tengo ganas de que vengan todos mis amigos al cole, de volver a hacer lletra lligada, de aprender a restar, de saber qué proyectos haremos este año, de ver contentas a mis profes, de ver a mis papis tranquilos. Ya tengo ganas de no aburrirme en el cole.

Sara Fuentes, alumna de 2º de primaria del CEIP Es Pratet (Sa Joveria, cuando sea de ladrillo).

Yo, como padre de Sara, espero que cuando ella lea y entienda totalmente esto, esté de acuerdo en lo que he escrito en su nombre. Quizás lo entienda cuando tenga 10 o 12 años y ya haya perdido parte de esa inocencia que hace que hoy no entienda absolutamente nada de toda esta huelga, ya que para ellos, nuestros hijos, la escala de prioridades es absolutamente diferente y mucho más sencilla que la de aquellos que tendrían que velar por su futuro, empezando por los políticos, pasando por los docentes y acabando, por supuesto, por nosotros, sus padres.