Se puede describir una crisis psicológica como un estado temporal de trastorno, caracterizado por una incapacidad del sujeto para manejar situaciones determinadas utilizando los métodos habituales para la solución de problemas. El problema rebasa sus capacidades de resolución y por ello se encuentra en franco desequilibrio.

En la comunidad educativa balear estamos viviendo una situación de crisis. ¿En qué sentido? Creo que después de tres semanas de huelga que han tenido sin clase (o con muy pocas) a los alumnos de la enseñanza pública de la Comunitat Autònoma de les Illes Balears, profesores, alumnos, madres y padres vivimos esta situación como una crisis porque rebasa nuestra capacidad de encontrar soluciones, a menos que los políticos se sienten a debatir.

Profesores, familias y otros profesionales implicados (psicólogos, psicopedagogos, etc.) estamos muy preocupados por las pérdidas que eso ha conllevado (no solamente en el ámbito lectivo) y lo que podrían suponer (disminución en el nivel en la Selectividad, por ejemplo). Con este artículo pretendo aportar ideas para intentar que la salida de esta crisis sea la menos mala posible. ´Menos mala´, porque dadas las circunstancias no pienso que se pueda hablar de una salida buena.

De una crisis se puede salir crecido y fortalecido, pero también se puede salir derrotado. Va a depender de cómo la gestione el protagonista. De esta también se puede salir derrotado o crecido. Se han producido hechos que, en mi opinión, son muy significativos: los profesores han dicho alto y claro que buscan una educación de calidad, por encima de sus intereses personales; la implicación de madres y padres en el proceso en apoyo de los profesores es de un valor innegable.

Suscribo las palabras del doctor Alberto Lasa (pronunciadas en Ibiza el pasado sábado 5 de octubre, en las VI Jornadas Pro Salud Mental) sobre el funcionamiento de la sociedad occidental en la actualidad, cuando dijo que lo peor es el ataque a lo complejo y la exagerada valoración de lo simple.

Para salir con algún crecimiento y fortalecimiento de esta crisis, ¿qué se puede hacer? Los adultos (creo que todos debemos sentirnos concernidos) deberíamos priorizar la trasmisión a nuestros jóvenes de la importancia de:

„Tener una posición activa y crítica frente a la vida y a los temas importantes (educación, sociedad, qué es lo realmente importante, qué es tener un amigo real, etc.).

„Adoptar valores como la empatía, el respeto a los demás, evitando el rechazo al otro por ser como es (según los valores dominantes que idealizan la belleza y la juventud) o por no tener lo que el consumismo dicta (último modelo de... tantos objetos y gadgets).

„Asumir la propia responsabilidad como miembro de la sociedad (las madres y padres perseverando en su participación activa en los centros escolares).

„Evitar la posición de dominio y abuso del superior sobre el inferior

„Realizar un planteamiento serio de cuáles son los objetivos dignos, interrogándonos sobre el sentido de valorar demasiado la posesión y los logros fáciles, y demasiado poco otras cuestiones más complejas como la solidaridad, la reflexión, la tarea personal de introspección y el trabajo indispensable para mejorar como personas.

Deberíamos hacerlo asumiendo que se enseña más por lo que se hace, por lo que se es, que por lo que se dice, recordando que la unión hace la fuerza y que las utopías pueden mover montañas.